lunes, 30 de mayo de 2011

Operación Postmaster

Antes de que se pase mayo...

Este mes se cumple el sexagésimo sexto aniversario del fin de la II Guerra Mundial. Al menos, de su vertiente europea: Berlín cayó a principios de mes, aunque Japón no se rendiría hasta septiembre...

El caso es que me parecía una excusa más que suficiente para contar la participación de España en esta guerra, que tuvo lugar, precisamente, en África. En Guinea Ecuatorial.

martes, 24 de mayo de 2011

Una de niños soldado

Voy a incumplir la promesa que hice al final de esta entrada y voy a contar algo de Gulu, aunque no me haya enterado de nada.
La historia transcurre en el norte de Uganda, entre caminos de tierra rojiza, un cielo inabarcable, chozas de barro y mangos, pinos, palmeras, eucaliptus y otros árboles la hostia de grandes cuyo nombre desconozco. Sin embargo, en ningún momento me parece estar en el África profunda, ni me parece el colmo del exotismo, ni nada de nada (entre otras cosas porque, como decía Kapuscinski e insiste un amigo periodista bloguero, África no existe). Gulu es simplemente el lugar en el que nacieron personas que seguramente habrían preferido caer en otras latitudes. Aunque los paisajes quiten el aire.


Así que lo que escribiré a continuación es algo así como una crónica de un día que pasé entrevistando gente en Gulu y de lo poco que entendí. A diferencia de la vez que hablé de los piratas somalíes y de los homosexuales ugandeses (donde creo que llegué a comprender algo y a compartir las historias de manera medianamente coherente), esta vez será un relato de incomprensión. O quién sabe, quizá escribirlo me ayude a aclararme las ideas y a asentar algunos datos.
Gulu es una de las ciudades más importantes del norte de Uganda, que durante un par de décadas sufrió la violencia del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), que lidera Joseph Kony (por cierto, es como en catalán y se pronuncia algo así como "Koñ"). Es el señor de la foto:

Aquí dejo la mejor de las entrevistas que he encontrado en youtube (está en inglés):


En el vídeo, Kony acusa al presidente de Uganda, Yoweri Museveni, de los crímenes que se le atribuyen a él. Museveni no es ningún paradigma del buen gobierno, la libertad y los derechos humanos, que conste, pero Kony está echando balones fuera con esas declaraciones.
Normalmente se dice que Kony combate para instaurar un estado bajo los Diez Mandamientos, pero un antiguo combatiente del LRA y consejero de Kony, Kenneth Banya ("Baña"), me contó que la lucha empezó para proteger al pueblo acholi (poblador del norte) de las represalias del (entonces) nuevo presidente Museveni, poco amigo de los norteños. * Perdón por la versión resumida, pero es que esto promete ser largo.
Luego se supone que un espíritu que poseyó a una tía de Kony le transmitió la bizarra misión que -parecer ser- el Señor le tenía encomendada: lo del país bajo los Diez Mandamientos. O también podría ser que se le hubiera ido la olla, pusiera sus huevos sobre la mesa y consagrara su vida a ese fin. Con la broma, él y sus mariachis se han cepillado a miles de personas, forzado el desplazamiento de cientos de miles, violado, mutilado, secuestrado a al menos 30.000 niños y, en definitiva, puteado la vida de... un huevo de gente. Se supone que desde 2006 ya no actúan en Uganda y se mueven por los países de alrededor. Esa es la historia resumidísima del conflicto, y ahora me encuentro en un escenario de post-conflicto.
...
Son las ocho y media de la mañana del 19 de mayo. Chiba -el fotógrafo japonés con el que viajo- y yo visitamos el Centro Juvenil de Gulu, donde hace poco se ha empezado el Proyecto de Breakdance de Uganda, creado por un ugandés en la capital, Kampala, y que luego se ha extendido a esta ciudad. Tratan de que los chavales ganen confianza en sí mismos. Entre ellos hay tres antiguos niños soldado, pero nadie lo sabe y es imposible diferenciar a un chaval de otro. Todos son iguales en la pista. Integrarlos con naturalidad es otro de los objetivos.
Chiba se queda haciendo fotos allí y yo me voy a la ronda intensiva de entrevistas que me toca. Me acerco caminando a las oficinas de Gusco, una organización de acogida a niños secuestrados (ex niños soldado) y les digo que me interesaría conocer sus actividades. El señor que me atiende amablemente me dice: "Ahora no tenemos niños por aquí". "¡Ah! Es cierto, están de vacaciones" -respondo, recordando que una amiga en Kampala que tiene una ONG que trabaja con chavales me ha dicho que es periodo vacacional. "No" -replica- "Están en cautiverio. Les esperamos dentro de unas dos semanas" (sic). Me quedo con cara de dos-puntos-ese, así que prefiero no preguntar, opto por dar media vuelta y adiósbuenosdías.
Consigo contactar telefónicamente al fin con el obispo de Gulu, que responde al nombre de Reverendo Macleord Baker Ochola II. Me dice que está en la sede de la Iniciativa de Paz de los Líderes Religiosos Acholi. Voy para allá y me cuenta:
"Estamos trabajando para que las comunidades locales sepan diferenciar entre víctimas y verdugos. Los niños soldado fueron víctimas de las circunstancias, así que no tienen que ser rechazados". Como veremos más adelante, muchos son repudiados por sus propias familias.
El obispo me dice una cosa que yo creía clara: "Fuimos a Estados Unidos a hablar con el Gobierno sobre este conflicto y les preguntamos quiénes financiaban al LRA, porque nosotros sospechamos que era el Gobierno de Sudán". Esta es otra más de las medallas de Al-Bachir, el señor sudanés ese que está buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad y el mismo que escondió a Osama Bin Laden a mediados de los 90. El abuelo que todos querríamos tener.
El obispo me dice que están intentando ayudar también al sur de Sudán, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana -pastos por los que se mueven ahora Kony y compañía- a solucionar el conflicto, pero que "el Gobierno (ugandés) no quiere resolverlo". Cada vez que ha habido acercamientos para conversaciones de paz entre la comunidad local y el LRA, el Ejército ha irrumpido intentando cepillarse a cuantos más rebeldes mejor. Ya se sabe que hacer paz con pistolas no suele funcionar.
Ochola II y un servidor nos intercambiamos nuestros teléfonos y correos electrónicos. El del obispo es de lo más cachondo:
Creo que esto sólo lo iguala Princess Halane, una supuesta miembro de la realeza kuwaití que se llama tal cual, -Princesa Halane- en facebook. Es que tenemos un amigo en común y el sistema me la ha sugerido alguna vez como amiga.
Gracias al obispo, consigo dar con Banya, el ya mencionado antiguo consejero de Kony. El Ejército ugandés le capturó en 2004 (creo recordar), él pidió una amnistía y se montó un proyecto -ya difunto: Labora Farm, una granja- de ayuda a la integración de antiguos niños soldado. Ahora está montando una constructura.
Durante la conversación, también está presente su sobrino Patrick, antiguo niño soldado que ahora está abriendo un negocio de préstamos a pequeños emprendedores. Estamos en un local destartalado: el de la foto.

Banya me cuenta que estuvo 18 años en el LRA contra su voluntad. Cree que el conflicto no se solucionará hasta que la gente conozca el problema y ayude. Y apunta que sabe a través de otras personas que Kony se está empezando a quedar calvo. Un poco de todo.

Me dice que tuvieron que crear "la granja más grande del mundo" en el monte cuando el Gobierno de Sudán dejó de financiar al LRA, en 1998, tras el acuerdo de Al-Bachir con el Ejecutivo ugandés por el cual cada uno dejaría de financiar a los rebeldes del otro. Quizá fue en ese momento cuando Banya aprendió a cultivar la tierra para llevar a cabo el proyecto de integración de niños soldados que puso en marcha tras ser liberado por el Ejército ugandés.

La conversación es rara y está llena de momentos sospechosos, de esos que, cuando lanzas una pregunta, los interlocutores se miran, esbozan media sonrisa y responden despacio, meditando cada palabra, con frases inconclusas e imprecisas. No termino de creerme sus respuestas.
Unos días más tarde, de vuelta en Nairobi, consulto The Worst Date Ever, de Jane Bussmann y encuentro que dice esto sobre Banya [el texto está escrito de manera muy coloquial y resulta complicado traducir algunas frases, así que dejo íntegro el original en inglés]:
"Father Benedict attacked a Fanta with a bottle opener. I ventured on to peace talks; after all, my ageing fancy man Banya had said people's belief in the spirits would always stall them.
'Banya says--' I said. Father Benedict almost dropped the Fanta.
'That is a lie! Banya is the biggest liar around. The Church tried to make peace talks again and again. We had three times peace talks, and it was going quite well.The army shot three times and killed our men almost three times'.
But... why would Banya lie? He was a captive too.
'Banya is taken around by the governmet and gets money to say how good they are and so on', said Father Joseph. Banya wasn't an ordinary abductee like the child soldiers group guys. Or even an ordinary commander. He was Kony's number Three, his military tactician, trained by the Russians. My head was reeling. That wasn't all: Banya didn't escape from Kony; he was captured. That meant if he had his way, he'd still be out there kidnapping.
[...]
Banya wasn't just following orders. This cuddly old granddad, according to a report commisioned by the United Nations, is 'a man with a record of rape a torture... said to be responsible for countless sadistic rapes of under-age female abductees in LRA captivity'.
'He is a real killer', said Father Benedict. 'The people are all afraid when they see a group that is coming with Banya, you could be sure it would be bloody. The goverment took him to an area near here to talk, and one teacher stood up and said, 'You shut up now, you are the killer, you killed our children. I know if I talk like that I may not survive, but I will not keep quiet'.
Thousands of miles from the yellow bricks of Metro Goldwyn-Mayer Studios, I'd stumbled on the Wizard of Oz. If Kony was the Wonderful Wizard, protected by witches like Banya, little Father Benedcit was Toto and I was a sugar-addled, shoe-worshipping Judy Garland as Dorothy. I'd fallen for Banya's lies, for a government pasty paid to find people like me, to spin the tales of snakes and leopards and spirit gods, so I'd go home and tell newspaper readers -including politicians reading the Sunday Times- about the impossible monster that was Kony, the enigma that no mere very well-equipped army could catch.
Then I remembered something else. Banya ran Labora Farm. A residential work scheme for former abductees. Let me get this straight: the problem here is kids being kidnapped. The solution is hiring a kidnapper as their babysitter. No wonder the kids at Labora Farm looked glum. And as for keeping quiet because Kony was listening to them via his spirits, Banya was right there next to them, listening to them via his ears. And here is the strangest thing. Before he worked for Kony, Banya worked for Yoweri Museveni. He was his bodyguard while President Museveni was at the Ministry of Defence. 'He's a very nice man', said Banya at the time of his capture".
Conclusión: en sus 18 años en el LRA, Banya fue un hijo de puta sádico y sanguinario y ahora es un mentiroso a sueldo del Gobierno. Fantástico.
Pero hay más. Como he dicho antes, Banya ya no trabaja en Labora Farm, la granja financiada por el estado que pretendía reintegrar a ex niños soldados en la comunidad local. El mismo que antes les secuestraba y les decía que mutilaran, luego les pedía que sembraran. El corresponsal en Kampala del medio para el que trabajo me dijo que hace tiempo se sospechaba que Banya estuviera explotando a los niños de la granja en su propio beneficio. Una sencilla búsqueda en Google arroja varios resultados que presentan las mismas sospechas.
He leído sobre los supuestos poderes sobrenaturales de Kony (de los que habla él mismo en el vídeo de antes), así que le pregunto a Banya sobre esto. "¡Es cierto! Está en contacto con un espíritu que es capaz de predecir el futuro hasta con tres meses de adelanto". Juro que lo decía sin reírse.
Nos despedimos e intercambiamos teléfonos y demás. Soy tan gañán que los debí de perder, porque ahora no los encuentro. En fin. De ese local en el centro de la ciudad me voy en boda-boda (mototaxi) a un congreso del Arzobispado de Gulu, con motivo del centenario de la creación de la diócesis. Mi objetivo no es otro que hablar con el arzobispo Odama [hedmano de Badack... perdónperdónperdón, si no lo digo reviento], quien se ha entrevistado hasta en cinco ocasiones con Kony.
"Este conflicto daña cerebros, almas y relaciones. Tenemos que trabajar por la cordura", dice el arzobispo.
En julio de 2006 estuvo reunido con Kony: "No noté nada sobrenatural, sólo es un ser humano. Nos recibió bien, nos dio de comer... Estuvimos hablando sobre Derechos Humanos". Odama dice que las cifras que se manejaban en 2004 eran de al menos 30.000 niños secuestrados. "No sé de dónde le vendría esa idea de secuestrar niños". Lo que sí sabe -tampoco hace falta ser un lumbreras- es que los niños son más fácilmente manipulables y eso le viene bien al LRA.
- Arzobispo, pero Kony se supone que también es creyente y que quiere un estado bajo los diez blablablá... ¿qué opina sobre eso? ¿cree que es un hombre de dios?
- ¿Sabes? Esa pregunta me la ha hecho mucha gente, corresponsales de la BBC y de la CNN... [¡Tooooma, toma y tomaa! ¡así que he hecho al menos una pregunta como un periodista de un medio de verdad!] ... y no sé responderla. Ya sabes que en estos tiempos hay mucha gente que se inventa religiones.
¿Y cómo se soluciona el conflicto? "Donde hay voluntad, hay un modo. Kony tiene algunos confidentes... hay que conseguir iniciar nuevas conversaciones de paz a través de sus leales".
Nos despedimos y se adentra en un edificio del que emana un inquietante cántico colectivo.
William (el mototaxista del Barça que me lleva de un lugar a otro) y yo salimos rumbo a la Escuela de Santa Mónica y durante el trayecto vemos a una niña camina con el bolso encima de la cabeza. Me llama la atención este gesto de extraña coquetería. Normalmente, portan sobre la cabeza bidones de agua (que aquí extraen de pozos de bombeo manual) o mercancías varias. El bolso me ha hecho gracia.
La hermana Rosemary me recibe en los jardines de Santa Mónica. Es una suerte de Sister Act, muy extrovertida y de esas personas que despiden buen rollo.
Antes de sentarnos a hablar, me da una vuelta por el patio. "... y esta gente son personas sin recursos a los que pusimos a llenar botellas con tierra. Así reciclamos y creamos ladrillos resistentes con los que se puede construir. Y ellos pueden ganar algo de dinero. Esta casa de aquí es la primera que hemos hecho con botellas".

Apuro de un trago la mía y les dejo en un montón un ladrillo más.

Me acuerdo de preguntarle a la hermana Rosemary por lo de los niños en cautiverio que me dijo el tipo de Gusco por la mañana y me dice que no tiene ni idea de a qué se refiere. Sobre todo el asunto del LRA dice que "no se puede apagar el fuego con fuego" y que lo de los poderes sobrenaturales de Kony son tonterías: "Una vez le dijo a una de sus mujeres -que después estuvo aquí con nosotros- que dios le había dicho que en breve se quedaría embarazada. Ya ves tú qué pronóstico tan complicado. Juega con la ignorancia de la gente".

Me lleva junto a dos chicas que hacen pulseras con cuentas sentadas en el jardín, a la sombra de un mango. Una de ellas, Nancy Layet, tiene 30 años, doce de los cuales los pasó como esclava sexual y niña soldado para el LRA. Tiene tres hijos suyos, más dos más a su cargo, desde que falleció su hermana. Rosemary hace de intérprete inglés-acholi. Hago unas cuantas preguntas de calentamiento y me lanzo de la manera más delicada posible sobre su experiencia con los rebeldes. "No quiero pensar en eso. No quiero venganza porque lo pasé muy mal y no quiero que nadie más pase por eso". Nancy está en Santa Mónica porque nadie de su comunidad quiere tener a una ex del LRA cerca.

La otra se llama Akongo Night. "¿Okono?" -pregunto, mientras intento escribir su nombre. Rosemary y las chicas rompen a reír. Okono -me explica la monja entre carcajadas- quiere decir "calabaza" en acholi. Bueno, pues mi amiga Calabaza pasó tres años secuestrada y hace no mucho contrajo el sida. El marido anterior al que le pegó el sida la echó de casa (junto a su primer hijo) al enterarse que había pertenecido al LRA. "¡Me acabarás matando!", le dijo.

El macramé hace que Nancy y Akongo ganen más dinero del que nunca habrían imaginado y les hace sentirse útiles. Y al menos tienen un lugar en donde estar.
Antes de despedirme, la hermana Rosemary me dice que ha habido otro periodista español que acudió a entrevistarla hace tiempo: "Hérnan Sin", precisa. Omaigad. A ver qué ha contado de esta historia Troy McClure Hernán Zin... Esto, esto, esto, esto y más que no vienen al caso [*quien consiga leer los comentarios a sus entradas sin descojonarse queda invitado a un yogur de fresa. Danone].
Vuelvo, cansado a más no poder, al Acholi Inn. El hotel tiene una biblia en la habitación. Decidí alojarme aquí porque me lo recomendó una amiga, pero sobre todo porque fue donde se quedó Jane Bussmann durante su estancia en Gulu. Y quería ver qué sacaba de todo esto. Ella descubre que el hotel es propiedad del comandante encargado de dar caza a Kony, quien no parece tener demasiada prisa en apresar al susodicho, puesto que está haciendo buen negocio con los oenegeros y periodistas que llenan las habitaciones. Yo sólo he llegado a preguntarme ¿ein? cuando el obispo de Gulu (arrobagemeilpuntocóm) me ha dicho que pidiera aquí indicaciones para dar con Banya y Sam Kolo, antiguos combatienes del LRA.
Me voy de Gulu con un lío impresionante en la cabeza y con la sensación de haber visto muy poco. No he visto niños en centros de acogida, no he visto los refugios en los que se escondían los niños por las noches para evitar los secuestros o las zonas protegidas. No he visto gente con los labios, la nariz o las orejas mutiladas. Pero he visto otras cosas que también me han resultado interesantes. Un buen primer contacto con Gulu, aunque dos días son demasiado poco tiempo como para empezar siquiera a asimilar todos los frentes de la historia del LRA.
Al día siguiente, vuelvo hacia Kampala como vine: en autobús. La gente intenta vendernos hasta gallinas por la ventanilla. Yo prefiero quedarme con un paisaje exquisito.
El Nilo blanco y las cataratas de Karuma.

domingo, 22 de mayo de 2011

Chozavolution

Estilo tradicional:

Alrededores de Gulu, en el norte de Uganda. Mayo de 2011.


Versión siglo XXI:

Alrededores de Nairobi, Kenia. Octubre de 2010.

No sonó la trompeta

Lo malo de hacer predicciones es que pueden no cumplirse. ¿Se acuerdan de lo que iba a pasar el 21 de mayo?

En Kampala también esperaban el fin del mundo. Decepción total.

Pues aquí estamos. El único fin que he notado ha sido el de la web que lo auguraba.

[Actualización: lo que pudo ser y no fue. Un artículo del periódico ugandés Daily Monitor al respecto]

lunes, 16 de mayo de 2011

La peor cita del mundo

Se dice que el ugandés Joseph Kony, el líder del trasnochado Ejército de Resistencia del Señor, combate por crear un país bajo los Diez Mandamientos. Pero, qué carajo, lo hace por dinero. Es por dinero que mutila gente y que secuestra chavales para convertirlos en niños soldado. Es por dinero que viola y que tiene atemorizada a la gente del norte de Uganda y de la vecina República Democrática del Congo. O eso es al menos lo que viene a concluir Jane Bussmann en el divertido The Worst Date Ever.
Ella se fue a Uganda persiguiendo a un pacificador macizo y se encontró con un problema mayor del que podía haber sospechado: hay un auténtico negocio montado en torno a uno de los conflictos más horrendos de esta zona. Y no interesa concluirlo. Sólo a los que sufren las consecuencias, claro.

Toda una hilarante aventura narrada por una de las guionistas de South Park, que pasó de ser periodista del corazón en Hollywood a corresponsal para The Sunday Times en cuestión de semanas. Destriparía el libro si no mereciera la pena.

Sobre Kony y compañía hablé por aquí hace tiempo. Y me compré este libro en Zanzíbar porque olvidé llevarme una lectura vacacional. La cosa es que poco después me ha surgido la oportunidad de viajar a Gulu, a la zona originaria del conflicto (en el norte de Uganda), a intentar enterarme de algo de lo que pasa por allá. Mis amigos me han pasado unos cuantos contactos de gente que trabaja con afectados por el conflicto y que intentan acabar con él. Espero que me aclaren un poco la mermelada que tengo ahora mismo en la cabeza con este asunto. Si lo lograran, prometo contar algo. Estoy seguro de que el viaje merecerá la pena.

domingo, 15 de mayo de 2011

Obama se queda sin postre

... porque cómo le puede hacer el nieto algo así a la abuela. Una ración más de diario mínimo.

Aumentan la seguridad en la casa de la abuela keniana de Obama:
Y no sólo por posibles represalias al asesinato, por parte de EEUU, de Osama Bin Laden. Habían recibido amenazas días antes. Los vecinos del pueblo quizá ya no estén tan contentos de su "ilustre"conciudadana.

El Gobierno de Uganda "pierde" al menos 30.000 cabras (en inglés):
Las cabras eran parte de un proyecto de reducción de la pobreza y el hambre, pero parece ser que terminaron por convertirse en parte de otro proyecto gubernamental de aumento de la riqueza de los de siempre.

Dos pinchadiscos enfrentados porque uno no le entregó el equipo al otro (en inglés):
Notición donde los haiga. En Mombasa, un DJ le compro instrumental de trabajo a otro, que resulta que ha cobrado pero no lo ha entregado. "Que no sea impaciente", pide el vendedor. Impaciente estoy yo por conocer la resolución de la historia.

Zimbabue paga a funcionarios que no están cualificados para su puesto o que, directamente, no trabajan (en inglés):
Los sindicatos calculan que el Estado pierde (el equivalente a) 10,6 millones de euros al mes pagando a esos (supuestos) trabajadores. Durante el periodo analizado (2007-2009) Zimbabue sufrió una grave crisis que provocó una inflación cabalgante. Dice la BBC que el sueldo mensual de un maestro no podía costear ni un billete de autobús, lo que explicaría en parte el absentismo laboral. Luego añade que 75.000 trabajadores no están cualificados para desempeñar sus cargos y que, desde que se formó la coalición gubernamental en 2009, se han habilitado 40.000 plazas de funcionarios más. Qué bonito es el mundo de los chanchullos.

Nace una cabra con rasgos humanos (en inglés):
La zoofilia es lo que tiene. "Nunca hemos visto una criatura así. Es muy raro que alguien haya podido acostarse con una cabra", dice un curioso que acudió a ver al bicho. Hace falta tener estómago.

viernes, 13 de mayo de 2011

Treinta años no son nada

Creo que fue mi imprescindible Joaquín Sabina quien dijo una vez en una entrevista (que no encuentro) que el poder corrompe, sin importar quién se haga con el cargo. No me tuve que ir muy lejos para conocer un ejemplo. Nací en La Rioja, cosecha del 83, donde gobierna un tal Pedro Sanz [busquen las diferencias con el alcalde Quimby] desde 1995.

En alguna ocasión -creo recordar que con motivo del anuncio de la retirada de Aznar-, Sanz soltó aquella recurrente y populista frase de que tantos años en el poder puede que no sean... cómo decirlo... democráticamente higiénicos. Luego, claro, añadió con la boquita pequeña que si su gente le seguía queriendo en el cargo, que cómo no iba a quedarse. Y en estas que estamos a escasos días de que PPedro Sanz gane -previsiblemente, mal que me pese- su quinta mayoría absoluta.

¿Y qué tiene todo esto que ver con África?

Pues todo y nada. Ya vimos hace tiempo a los ilustres africanos que se aferran al puesto. Uno de ellos, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, juró ayer mismo el cargo, otra vez, después de vencer con un 68 por ciento las elecciones del 18 de febrero. Va a cumplir 30 años al frente del país.

Tiene algo de Pedro Sanz: "Estoy aquí porque gano elecciones. Sigo con la lucha que empecé hace 40 años". Cuando derrocó a Milton Obote, en 1986, arremetió contra "los líderes que están mucho tiempo en el poder". Pero ha pasado mucho tiempo desde entonces y no es Museveni un hombre de ideas fijas. Bueno, algunas, claro.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Hola, mira, te llamo de Al Qaeda...

Quizá es que no estoy muy puesto en la cuestión alqaedense y estas cosas son habituales, pero es que me acaba de llamar el corresponsal de Somalia...

- Javi, soy Fulanito.
- Ah, hola, ¿qué tal?
- Bien, oye, que Al Qaeda acaba de dar una rueda de prensa en Somalia...
- [Con cara de Iniesta] Aha...
- ... y era para ver si podías transcribir lo que han dicho, que ahora mismo no puedo.

[...]

- Oye, Fulanito, ¿y cómo han convocado la rueda de prensa?
- Pues han llamado a un compañero de Tal Medio por teléfono y se lo han dicho. Y luego él ha corrido la voz.
- Vale, gracias. Saludos.

Y aunque no es ni mucho menos lo mismo, la situación me ha parecido tan surrealista que me ha recordado a esto...




[Por cierto, esto es lo que han dicho]

jueves, 5 de mayo de 2011

Fans de Chus, no tanto de Mahoma

Dice la Real Academia Española que un meapilas es un santurrón, adjetivo que define como exagerado en los actos de devoción.

Nací en España, donde la cultura católica está más que arraigada. Terminé la carrera en Italia, donde la presencia religiosa es aún más potente. Influye lo de tener la sede de la Iglesia en casa. Allí hasta descubrí una divertida raza: los católicos-comunistas o cattocomunisti. Y yo pensando que estos términos eran antónimos. En cualquier caso, pensaba haber encontrado el culmen del meapilismo en Italia. Y no.

En Kenia, la cosa es de escándalo. Una pregunta bastante frecuente en una conversación con locales es la fe. Para ahorrarse sermones bíblicos es recomendable responder siempre que uno es creyente. De la religión que sea, de la del interlocutor, preferiblemente. No pocos disgustos me ha causado confesar mi ateísmo. Alguien me dijo una vez: "¿Vosotros trajísteis la religión aquí y ahora no creéis?"

Así que un día cualquiera, la foto de portada del diario de más difusión de Kenia, el Daily Nation, es esta.

En la camiseta se puede leer: "Dios por encima de todo"

Claro que se podría deber a que los Harambee Stars (la selección de fútbol masculina de Kenia) ganaron, por fin, un partido, nada menos que frente a Angola. Pero permítanme sospechar: seguro que no era la única foto a elegir.

Igual es que en mi país no le presto atención, pero es que percibo el ambiente religioso mucho más por las calles de Nairobi. Aquí van unas fotos de todos los centros religiosos que me encontré en mi barrio en un paseo de media hora larga:


Súmenle la venta callejera ambulante de carteles con los diez mandamientos, rosarios, y cuadros con imágenes de la sagrada familia, y no precisamente la de Barcelona. Supongo que no era mentira aquel estudio en el que concluían que Kenia era el decimosexto país con mayor fervor religioso del mundo [en inglés Quinto y sexto párrafo desde el final de la página 1]. Un 87 por ciento de la población dice que la religión es importante en sus vidas, un 39 por ciento dice haber experimentado o presenciado una exorcización.

No sé si me explico: nunca conocí una creencia, y en particular cristiana, tan arraigada como aquí, de veras. Y hay musulmanes, sí, pero son un 11 por ciento y se agolpan en la costa.

martes, 3 de mayo de 2011

Bienvenido a Nairobi

"Welcome to Nairobi, mzungu!"


... o lo que es lo mismo: ¡Bienvenido a Nairobi, blanco!


No es el cartel de bienvenida con el que uno se topa cuando aterriza en el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta de Nairobi (de hecho, creo recordar que pone "karibu", bienvenido, en suajili), pero podría serlo. Es, simplemente, la frase que me han dirigido millones de veces en el tiempo que llevo aquí.

Hace unos meses, al poco de llegar, hablé de la imposibilidad de pasar desapercibido aquí. Ahora, más de medio año después, me empieza a irritar levemente lo que Kapuscinski (creo que era él) dio en llamar la jaula del apartheid: el color de la piel.

El otro día, mientras cenaba con nuestro corresponsal en Somalia, hablábamos sobre piratería y demás [un tema de conversación de lo más original con un somalí, lo reconozco, pero es que lo que nos une es el trabajo]. En medio de la conversación, recordó una broma que me contó la primera vez que nos vimos: para los piratas somalíes (y no sólo), los blancos son billeteras con patas ("walking wallets"). Le dije que sería más aproximado hablar de cajeros automáticos con patas, por aquello de los rescates millonarios y tal, pero me respondió que no mucha gente en Somalia sabe lo que es un cajero. Argumento aplastante. Pero eso es otra historia.

El caso es que, a los ojos de los locales, soy blanco, soy turista y tengo dinero (aunque igual para muchos de ellos lo más importante es esto último). Y lo seguiré siendo hasta el fin de mis días. Y eso cansa. Aburre tener que decir tres palabras en suajili para demostrar que no acabas de aterrizar. Agota que siempre te intenten timar por ser blanco. En mi urbanización, los askaris (vigilantes o soldados, en suajili) se ríen de mí cada vez que salgo a tender la ropa. Porque fregar los platos, barrer o lavar la ropa no es cosa de blancos. No sé qué coño hicieron los colonos, pero dejaron una imagen de gilipollas de mucho cuidao. Bueno, sé parte de lo que hicieron y no me gusta una mierda.

Pero ser blanco también da cierta inmunidad. Y no sé si me atrae la idea.

A veces -y sólo a veces- se echa en falta pasar desapercibido, ser uno más. O quizá sea sólo que necesito unas buenas vacaciones. Vaya usté a saber.