lunes, 13 de junio de 2011

A cagar, al calabozo

Estas últimas semanas han sido de lo más provechoso en lo que a noticias estúpidas se refiere. Las de aquí abajo dan fe.

Un miembro de la brigada de homicidios estaba de servicio en la Feria Internacional de Comercio de Zimbabue cuando recibió la llamada de la madre naturaleza. Uno que padece diarreas habituales, sabe que en esos casos se corre al baño más cercano. Y resultó que era el que estaba reservado al presidente, Robert Mugabe. La policía secreta se enteró de la historia y lo detuvieron al día siguiente. Al menos le dejaron terminar.

Este país es una mina de historias. La verdad es que la situación es tan deprimente que da lugar a hechos como el que sigue (sacado del texto de la noticia):

[Un periódico anuncia un puesto vacante de verdugo y el subdirector empieza a recibir mensajes de aspirantes al trabajo]

Uno de los mensajes recibidos por Chipangura decía: "Puesto de verdugo vacante. Por favor, ayúdeme. Necesito saber el procedimiento de solicitud. He trabajado antes como funcionario de prisiones y se que tengo un corazón fuerte. ¡Puedo ahorcar!".

Dos alumnas de una escuela del centro de Kenia fueron expulsadas del colegio por ser supuestas adoradoras del diablo. El director del centro decidió echarlas tras conocer que una de ellas había escrito a uno de sus profesores pidiéndole sangre.

Hace unas semanas se estrenó la versión de esta serie infantil en Nigeria. Pero Espinete, Chema y el resto de la tropa han sufrido una transformación para adaptarse a la realidad nigeriana: los protagonistas son Kami, una niña de cinco años seropositiva, y Zobi, un taxista. Está ambientada en un pueblo de Nigeria y el monstruo no come galletas, sino boniato.

Todo esto tiene que ver con las manifestaciones de las que hablamos el otro día. Ya que no les dejan caminar, pues van en coche y tocan la bocina. Me hace especial gracia la excusa de la contaminación acústica. Cualquiera que haya estado en el centro de Kampala sabe que la acústica es la menos mala de las contaminaciones de allá. Por favor, ¡si hasta se puede masticar el aire!

La historia de Michael Angaun, un ugandés que abandonó la vida pirata para sacar un disco (No need to raid, algo así como "No hace falta robar") con letras educativas que animan a la gente a que abandone ese tipo de vida. Original Lopeta, que le llaman al tipo. Dice que no pasan tres días sin que le inviten a actuar.

No hay comentarios: