martes, 28 de diciembre de 2010

Fin de año

Con la cantidad de resúmenes del año que están pasando por la tele a estas alturas, no me voy yo a quedar sin hacer el mío. Para África, 2010 ha sido el año de muchas cosas. Por ejemplo, de su primer mundial de fútbol, que Sudáfrica organizó con relativo éxito. O del ascenso imparable de la piratería. Los bucaneros somalíes consiguieron el mayor rescate pagado hasta la fecha hace pocas semanas y están en cifras de récord de número de rehenes.

Pero yo me quedo con la celebración de 50 años de la independencia de varios países. Como para la entrada anterior, echo mano de amigos para solucionar la papeleta. Xavier Aldekoa, corresponsal de La Vanguardia, hizo una excelente serie sobre este tema. Quien quiera leerlos, dejo aquí los enlaces: Ghana (aunque se independizó en 1957, el primer país colonizado en el África subsahariana en obtenerlo), Senegal, Mali, Níger, Burkina Faso, Togo, Costa de Marfil (parte II), Benín (parte II), Nigeria y Mauritania. Lleva un tiempo, pero merece sobradamente la pena.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Un país bajo los Diez Mandamientos

El tema viene al pelo un día como hoy, natividad de Yesu Kristo.

Uno de los varios conflictos de los que no había oído hablar antes de llegar al este de África, y que ahora me resultan más atractivos (en términos informativos, digo) es el del cipote montado en Uganda y alrededores por el Ejército de la Resistencia del Señor, encabezado por Joseph Kony. Como tengo el día vago, voy a dejar que se encargue de explicar la historia el corresponsal de ABC en Nairobi, Eduardo Sánchez M.

Da la casualidad de que Rodrigo y Álvaro -dos amigos que trabajan para TeleSur de los que ya he hablado en alguna ocasión- estuvieron hace no mucho en Gulu, en el norte de Uganda, zona natal de Kony. Hablaron con ex niños soldado, víctimas del conflicto y demás. Éste es el resultado.



Además, sobre esta historia, Joana, corresponsal de El Mundo en Nairobi, me habló de The Worst Date Ever, de Jane Bussmann. Una historia el conflicto en clave de humor, si es que se puede bromear con algo así.

No hay nada como tener amigos: te sacan de fiesta, te pasan contactos y hasta te solucionan un post durante las vacaciones.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

China en África (y II)

El otro día me terminé China en África: Pekín a la conquista del continente africano y, como prometí, tenía que contar algo de un tema que le chupa un huevo a todo el mundo pero que a mí me seduce. Vale, sí, por manido que esté.

Así, en plan resumidito (imagino que ahora con los polvorones estas cosas se atragantan más fácilmente):

China no es un país democrático, por lo que no piden reformas en ese sentido a los países en los que invierten. No condicionan su ayuda a que el Gobierno del país de turno cambie esto o aquello. Sabido es que los chinos (el Ejecutivo, al menos) son de un puntilloso que no veas con las injerencias extranjeras, por lo que -teóricamente- no las practican en África. Claro que escarbando un poco se ve que tienen untados a muchos peces gordos de la zona para que les caigan contratos. Y otros beneficios de dudosa legalidad, como permisos especiales de circulación.

Contratos que, de todos modos, les llueven, porque desde que el Banco Mundial (creo recordar que fue el BM y no el FMI) normalizó las licitaciones públicas, el país asiático gana los concursos por goleada. Mientras las empresas occidentales prefieren alojar a sus trabajadores en urbanizaciones, los chinos duermen en campamentos de mierda, con lo que revientan los costes. Una misma obra puede costar 200 millones de dólares si la realiza una empresa israelí o francesa, o la mitad, si la hacen los chinos, me contaba el otro día en Kampala el portavoz de la Autoridad Nacional de Carreteras de Uganda.

¿Integración con los locales? Por lo visto, preguntado e indagado, nada de nada. Se comunican por lenguaje de signos porque casi ninguno sabe inglés. Ni a los chinos les gusta la comida local, ni a los africanos la comida china, y pasa lo mismo con la música. O con las mujeres. ¿Os gustan las africanas? "¡No! ¡Sólo las chinas!", se apresuraron a decirme la semana pasada unos ingenieros chinos en una obra.

En fin, que es cuestión de dinero y punto. La conclusión general me la podía imaginar, pero por el camino me he encontrado con una serie de puntos interesantes. Como que las empresas chinas importan sus propios trabajadores (algunos de los cuales son prisioneros). Este factor hace que la población local tenga carreteras baratas, pero no trabajo, con lo cual no podrán comprarse un vehículo con el que desplazarse por ellas. China, mientras tanto, crea empleo y riqueza.

El tema, de verdad de la buena, es una auténtica mina.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Suajili, de dos en dos

Del creador de Suajili para principiantes, llega una nueva entrega: dobles parejas.

Chapa chapa:
mucho.
Chapu chapu:
¡deprisa!
Hivyo hivyo:
así, de esta manera.
Juzijuzi:
hace tres días (sí, tienen palabro para eso).
Pikipiki o boda boda: moto.
Pilipili: picante.
Rojorojo: pastoso.
Rugaruga: mensajero.
Takataka: basura (y eso que -taka es la raíz del verbo querer).

Seguro que hay una infinidad más; esas son sólo con las que me he topado hasta el momento, no es que me esté estudiando el diccionario. O al menos aún no.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Por las malas

Dije que todo apuntaba a que tendría que volver a hablar de Costa de Marfil, y aquí estoy. No es que haya sido un esfuerzo adivinatorio exclusivo, sino que más bien estaba cantado. Y bueno, porque como buen esquivador de ocasiones, yo no estaba allí, así que algo tenía que pasar. La noticia del año en Kenia, sin ir más lejos, me ha pillado en Uganda.

Volviendo a lo nuestro: los resultados electorales de los comicios marfileños dieron la victoria a Alassane Ouattara, pero el hasta ahora presidente, Laurent Gbagbo, se niega a dejar el poder, algo que ya le ha pedido en repetidas ocasiones la comunidad internacional. Sólo en la manifestación de ayer para que Gbagbo se bajara del burro hubo al menos 32 muertos. Para hoy están previstas nuevas manifestaciones.

martes, 14 de diciembre de 2010

Propaganda electoral

Algún día debería hablar de la duración de las campañas electorales por esta zona. Mientras tanto, aprovechando que estoy en Kampala, mejor entretenerse con los carteles para Uganda 2011.

Olé con olé y olé.

Mao, presidente. Un poco renegrío, pero conserva el gesto. Contará con el apoyo incondicional de la población china expatriada. O algo.

Ni miedo...

Draculín para alcalde

Cuánto mal ha hecho Obama a las campañas electorales...

En el orden de las agujas del reloj, los ahí arriba presentes eligieron como símbolo representativo: una azada, otra azada, un balón de fútbol y una lámpara de aceite. Aunque una gaviota y un puño con una rosa no es que sean lo más de lo más en cuanto a creatividad...

...por supuesto, nuestro amigo el doctor Clarke y unos colegas...

...y el inenarrable Museveni, sobre el que debería escribir algún día. Si gana, puede cumplir 31 años en la Presidencia de Uganda. Un superclase.

Sinceramente, si estas son las imágenes elegidas para el cartel, habría que ver las descartadas. Sólo se me ocurre que el jefe de campaña olvidara avisar a los candidatos de que ese día se hacían las fotos. Y yo se lo agradezco.

domingo, 12 de diciembre de 2010

A un mes escaso

El 9 de enero, Sur Sudán votará en referéndum si prefiere independizarse del norte y crear un nuevo estado o no. A poco menos de un mes para las votaciones, igual es hora de ir contando de qué va la cosa. José Miguel Calatayud ya está en Juba, capital del sur. Quién mejor que él, entonces, para hacerlo. Ahí va.

* Por no crear etiquetas infinitas, englobo el referendo como elecciones. "Votaciones" siempre me sonó peor.

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿El último rey de Irlanda?

Ian Clarke es un médico irlandés que llegó a Uganda en 1988 y desde entonces ha vivido ininterrumpidamente en el país. Al principio como misionero y más tarde como director de su propia clínica privada. "Creo que las iniciativas privadas son las únicas que funcionan aquí", dice. Teniendo en cuenta el desvío de fondos que hay por estas latitudes, que una institución pública funcionase sería poco menos que milagroso.

El doctor Clarke se presenta a la alcaldía del distrito de Makindye (en el que viven 400.000 personas), en las afueras de Kampala, en las próximas elecciones previstas para el 20 de febrero. Y tiene posibilidades de ganar. Es como si un ecuatoguineano optara al sillón del Ayuntamiento de Zaragoza, más o menos.

Es un personaje. Primera perla: "'Si en Estados Unidos ha salido elegido Obama, ¿por qué no podemos tener como alcalde a un blanco?', comentan en Makindye. Creo que han visto la labor social que llevo hecha en 22 años y creen que puedo mejorar la zona". Más tarde se confesará seguidor incondicional del actual inquilino de la Casa Blanca.

Genuina pinta de friki

La historia recuerda, salvando las distancias, a El último rey de Escocia, en la que un médico recién licenciado se marcha a Uganda para encontrarse a sí mismo y con lo que se encuentra en realidad es con la confianza del dictador Idi Amin. Tengo pasión por las noticias chorras y no he podido dejarla pasar.

Hay tiempo para una joya más:

- Elegí la bicicleta [de paseo] como símbolo en el cartel electoral porque para mí representa el desarrollo sostenible.

- Pero señor Clarke, Kampala está construida sobre siete colinas. ¿Ve futuro en la bicicleta como medio de transporte limpio en la ciudad?

- Ya... es cierto... ¡pero hay gente que tiene bici de montaña!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Apadrina un corredor

"El problema es que no tenemos patrocinador. Aunque hagamos la mejor marca del país, eso no nos garantiza ir a competir al extranjero, porque no tenemos dinero para pagarnos el viaje", cuenta Paul Maina, uno de los fondistas kenianos del Centro de Atletismo de la Policía de Kibiko. Sus sueños pasan por representar a su país. De hecho, viste una camiseta en la que se lee KENYA en grande. La que lleva en la foto, vamos.


Nos confiesa que tiene un poco crudo competir al máximo nivel, pero que espera conseguirlo pronto.

"¿Te cambiarías de nacionalidad para correr en grandes citas? Si España te ofreciera nacionalizarte, ¿lo harías?", le decimos divertidos, esperando una respuesta megapatriótica, en plan "yo con mi país a muerte". Sin embargo, responde entre risas: "¡Claro! En Kenia hay muchísima competencia y cada uno nos tenemos que buscar nuestros pastos".


"¿Cuánto crees que costará patrocinar a un corredor?", nos preguntamos al salir del centro. Si alguien si anima, ponemos bote para llevarnos a uno a competir fuera del país. Lo mismo hasta gana.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Huelga de sexo

No sé cuántos visitantes no deseados va a atraer al blog el título de esta entrada, pero es que la ocasión lo merecía. Ahí van algunos recortes de prensa de los últimos días.

Un líder de un partido opositor insta a sus seguidores a que dejen sin sexo a las parientas hasta que prometan no votar al partido gobernante de Uganda en las próximas elecciones de febrero. Yoweri Museveni lleva en la Presidencia 24 años. Qué son tres polvos mal echaos ante la posibilidad de jubilar un dinosaurio.

Sobre el mismo tema:

Activistas piden unas elecciones limpias en Uganda
Lo sorprendente sería que prefirieran un pucherazo, pero estando donde estamos, esto es noticiable.

"Los condones están bien y los uso con las chicas [...] pero en las zonas rurales es un problema porque tenemos que caminar mucho para conseguirlos. A veces quieres usar uno y no los tienes a mano, así que lo haces a pelo. Es difícil decirle a una tía 'oye, espérame, que voy a por condones', porque se aburrirá y se pirará". El genio que habla se llama Lemeo (sic) Ntalel, un masai de 21 años, que tiene que patearse 26 kilómetros para comprar preservativos. Como dice un amigo, seguramente no ha probado a ir en otra dirección, que fijo que le pilla más cerca.
Las cifras, no obstante, no son para echarse unas risas: en algunas zonas del norte de Kenia la media de preservativos por persona y año es de 1,65. Qué orgulloso que estaría el Papa.

Pakito vende su primer disco
Este cantante angoleño con nombre de personaje de Gomaespuma vendió el pasado noviembre su primer CD. Yo creía que los artistas se hacían conocidos a medida que vendían más discos y que nadie tenía constancia de cuándo se vendia realmente el primero. Será cosa de la operación triunfo...

sábado, 4 de diciembre de 2010

Kofi

Ayer tuve que volver a la conferencia de la que hablé en la entrada anterior. Estaba organizada por la Fundación Kofi Annan y el apenas presuntuoso Panel de Eminentes Personalidades Africanas. Y ahí que estaba el amigo.



A los ponentes les faltó tiempo para dar las gracias al ghanés Nobel de la Paz de 2001 por lo fantásticobuloso que es, por su altruismo y su ganas de cambiar el mundo mundial. A la conclusión de la charla, un pasillo de guardaespaldas le escoltó hasta la salida del hotel que acogía la conferencia...

Pero resulta que Kofi es humano. Un pasillo de guardaespaldas lo volvió a escoltar hacia dentro. También Kofi se hace pis de vez en cuando.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Verdades

Nunca había tenido una constatación tan clara de que somos nosotros (los humanos, digo) quienes escribimos la historia. La Historia. Claro que sabía que alguien se tiene que poner ahí delante de un cuadernillo Lamela o de un Wordpad a escribir "pues pasó esto y luego lo otro", pero nunca lo había visto tan claro.

Ayer por la mañana estuve en la apertura de una conferencia que trataba sobre la reconciliación nacional de Kenia, después de la violencia postelectoral que acabó con la vida de unas 1.300 personas y desplazó a otras 300.000 a finales de 2007 y principios de 2008.

El primer ministro keniano, Raila Odinga, dijo que aquello era cosa del pasado, que ahora tenían que centrarse en el despegue definitivo de la democracia y blablablá y que tenían que "construir la verdad" de lo ocurrido. Build our truth, literalmente. Y lo dijo sin despeinarse. Así que en los libros de historia que estudien los niños kenianos en unos años, leerán esa verdad que construyeron [construirán] Odinga y sus mariachis.

En Ruanda, de hecho, ya existe una verdad oficial sobre el genocidio de 1994 [si te interesa el tema, es más entretenido que leer la entrada de la wikipedia ver un día Hotel Ruanda. Y mucho más ilustrativo que eso, leerse el capítulo Conferencia sobre Ruanda en Ébano, de Kapuscinski]. Si contradices o cuestionas esa verdad de esa parte de la historia de Ruanda, estás incurriendo en delito: negación del genocidio. Desde 2008, una ley lo pena con hasta 25 años de cárcel.

Y así, seguimos escribiendo historia sin hacernos demasiadas preguntas. Seguimos jugando a manejar la memoria, a imponer ciertos cuentos...



* Que nadie interprete que pongo en duda que ocurrió lo que ocurrió en ambos países. Sólo comento sobre los mecanismos.

Habemus resultados

Siempre me quejo de que los periodistas hacemos un seguimiento nulo de las noticias. Baste una entrada breve para anunciar el vencedor de las elecciones interminables de Costa de Marfil. Me da la sensación de que tendré que volver a hablar del país en breve. No será fácil que el poder cambie de manos por las buenas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Suajili para principiantes

Las primeras semanas de clase de suajili han dado para algunos descubrimientos interesantes (y para innumerables tontunas).

Ngoma: música o tambor. Asocian la música a la percusión.
Mwesi: mes, pero también luna. Los meses, como en tantas otras culturas, se medían en lunas.
Tano: no significa jicho sino cinco.
Kumi: diez en varias lenguas africanas, entre ellas, el suajili. La mascota del Mundial de fútbol de Sudáfrica se llamaba Zakumi. Za, por ser el código internacional del país, y Kumi, por el 10. Así pues, Zakumi: Sudáfrica 2010.
Mwaka: no es un beso gordo sino un año.
Wiki: no tiene que ver ni con la pedia ni con la omnipresente leaks. Significa semana. En inglés, week, con el añadido "i" final. En Tanzania, por ejemplo, encontré gente que llamaba a las rotondas kipilefti, del inglés keep left, "manténgase a la izquierda".
Buluu: también robado del inglés blue, azul.
Karne: no aparece en ningún menú de un restaurante anarkopunk. Quiere decir siglo.
Simba: El Rey León tenía su sentido. Efectivamente, el rey de los animales.
Nusa: oler. Recuerda al italiano annusare, olfatear.

En próximos capítulos... suajili para negros de barrio y suajili de dos en dos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Otros ojos


Llevaba un par meses persiguiendo a Douglas Namale [el del medio -de Los Chichos-], hasta que nos conocimos el lunes pasado. Es el editor del Kibera Journal, el periódico del mayor asentamiento chabolista de Nairobi y que trata de ofrecer una visión más completa del barrio que la que tienen los grandes medios. Un rotativo de periodicidad un tanto aleatoria, pero que -dice- contribuye poco a poco a mejorar la vida de los vecinos.

La historia sigue aquí>>

jueves, 25 de noviembre de 2010

Postales tanzanas

El Kilimanjaro desde el avión, rumbo a Tanzania, el mercado del pescado de Dar es Salaam, el cielo de la ciudad o el camino de vuelta a Nairobi. Una semana en Dar dio para algo más que cubrir las elecciones...


martes, 23 de noviembre de 2010

Como quien habla del tiempo


El tipo de la derecha es Xavier Aldekoa, corresponsal de La Vanguardia para el África Subsahariana. El de la izquierda es Fozi, nuestro traductor etíope. Estamos de nuevo en Eastleigh, el barrio somalí de Nairobi. Intentamos que alguien nos cuente lo que todo el mundo sabe pero nadie nos piensa decir: que el dinero de las fianzas pagadas a los piratas se lava en los negocios que sus compatriotas tienen aquí. Y que hay hombres de negocios que financian a Al-Shabaab con los duros que ganan en el barrio. Xavi le pregunta por un sistema de transferencia de dinero sometido a muy poco control, hawala, y Fozi nos dice que puede ser que haya algo a través de eso. Un periodista somalí nos lo desmentirá más tarde.

- Bueno, que te estamos bombardeando a preguntas -le digo- Cuéntanos algo sobre ti.

En Etiopía le acusaron de financiar una guerrilla, razón por la que pasó cuatro años encarcelado, y escapó a Nairobi, donde lleva once viviendo. Ahora tiene una vida más o menos tranquila trabajando de traductor para una ONG.

Le pido que nos hable de su familia, de su mujer. Ella escapó de Etiopía hacia Yibuti. Luego atravesó Somalia para volver a reunirse con él en Kenia, en 2006, después de años de separación. "Fue el momento más feliz de mi vida", nos confiesa.

- ¿Has dicho que tenías un hijo, no?

- Sí, tiene nueve años... Bueno, no es mío, pero lo considero mío. Lo tuvo mi mujer cuando la violaron los soldados...

sábado, 20 de noviembre de 2010

Otra vuelta de tuerca

Me vais a permitir que siga con el tema (y que me salga un poco de África, aunque lo que viene a continuación podría tener su aplicación aquí) porque se me han juntado varias cosas. A saber: la situación que dio pie a la entrada anterior, la entrevista de El País a Aung San Suu Kyi, la convención de estos días de la Unesco en Nairobi sobre el Patrimonio Inmaterial, el recuerdo de uno de mis libros de cabecera y el de una conversación que tuve hace meses con algunos amigos.

También una charla con una amiga china, Laura Li, en Pekín. Yo le decía que me apenaba que abrazaran el capitalismo salvaje y que eso llevara, por ejemplo, a la destrucción de los evocadores hutongs pequineses en beneficio de rascacielos vomitivos. Laura, con una lógica aplastante, me repondía que me dejara de gilipolleces, que ella había vivido hasta hacía poco en estos callejones y que también quería tener un baño privado dentro de su casa, entre otras muchas cosas, como tenemos en occidente.

Hace tiempo traduje, para aquellos amigos con los que charlaba sobre desarrollo sostenible y multiculturalidad, un extracto del libro de citaba al principio del post, La fine è il mio inizio, de Tiziano Terzani (a quien Daniel Iriarte homenajeó de manera magistral en su genial blog). Se trata de la conversación entre el padre, treinta años de corresponsal en Asia y a punto de morir de cáncer, y su hijo Folco. Quizá cuando lo leáis se entienda todo este mejunje un poco mejor.


*Las cursivas son aclaraciones, texto original y/o traducciones aproximadas.

TIZIANO: […] Folco, créeme, después de Mustang [un puesto perdido del Himalaya tibetano], Birmania es hoy el último oasis de Asia, uno de los últimos países que ha mantenido su carácter. Los birmanos no fuman Marlboro –está prohibido importarlo- pero con su tabaco se fabrican sus cheroot; no llevan vaqueros, sino sus longyi.

FOLCO: ¿Aún hoy?

TIZIANO: ¡Oh, sí! No usan crema Nivea, sino la pasta de madera de sándalo. Tú por la tarde en las calles de Rangún ves aquellas hermosas mujeres que disuelven un polvo finísimo de sándalo con un poco de agua y ponen esa crema en la cara de los niños para protegerles de las moscas. Y su piel está sanísima. Viven una vida lenta, tranquila.

Hay una historia que disfruto contando. La de Bernardo Valli, que cuando era joven consiguió por fin una entrevista con el dictador de Portugal, que se llamaba Salazar. Mientras esperaba en la sala, un viejo secretario […] le dice: “¿Usted también ha venido a entrevistar al presidente para atacarle?”. Bernardo baja la cabeza, el otro le mira, le señala la cara con el dedo y dice: “¡Recuerde que el presidente está protegiendo a Portugal de su futuro!”

¿Entiendes? Los militares birmanos hacen lo mismo. Birmania está dirigida por un régimen espantoso, de militares horribles, que yo siempre he condenado. […]

Lo interesante es que, desde hace 20 ó 30 años, la comunidad internacional […] ha hecho de todo para que este régimen cambiara y se volviera democrático. Además hay un personaje extraordinario a cargo del movimiento democrático, Aung San Suu Kyi, a la cual, con las típicas maniobras político-oportunistas le han dado el Premio Nobel de la Paz. Es una mujer estupenda, muy valiente, hija del héroe de la guerra de la independencia birmana contra los japoneses. Una gran heroína con el padre asesinado, como suele pasar. La contraposición es entre esos militares asesinos y esta sílfide, desde hace años en arresto domiciliario.

Bien, así es como se ve esta historia. Pero ¿qué hay detrás? Hay intereses de las grandes empresas petrolíferas que esperan entrar en el país, porque por Birmania pasa el petróleo; y hay miles de japoneses que quieren desarrollar el país, con hoteles de cinco estrellas, calles, barquitas que naveguen sobre el lago Inle, y ampliar el aeropuerto para llevar turistas. Y si mañana, bajo presiones occidentales, este régimen -que terminará pasando- cae y la señora Aung San Suu Kyi llega al poder, Birmania acabará siendo como Tailandia: putas, casinos, beneficios – tum, tum, tum! Marlboro, Coca-Cola y pantalones vaqueros.

Entonces, la pregunta de uno que no se casa con ninguna ideología, que llega a mi edad y mira alrededor es: ¿dónde está la solución? ¿Qué prefieres, que ganen los militares? ¡No! ¿Cómo puedes quererlo?¿Prefieres que gane ella? Si gana, Birmania está acabada en pocos meses. Llegan los rascacielos de cemento… ¿Qué se puede hacer, Folco? ¿Ves el problema? ¿De parte de quién estás?

FOLCO: ¿Y tú?

TIZIANO: ¿Quién puede estar de parte de los militares? No se puede. Pero haría falta que se les advirtiera de lo que pasará el día en que Birmania sea liberada. Yo me pregunto: ¿se puede ser libre y mantener la belleza del mundo, que está en su diversidad?

FOLCO: Interesante.

TIZIANO: Es una pregunta honesta, a la que no se puede sólo responder: “No, es imposible”. Yo creo que hace falta pensarla. Hace falta cambiar de criterio, de valores, no nos agarremos a nuestra codicia y tengamos más respeto por las cosas de los demás. Este es el punto principal. Si miras a los otros pueblos con respeto, como si de verdad fueran iguales a ti –incluso si tú puedes curar el tracoma y ellos no [en Mustang, el sitio del que habla al inicio, cuenta que hay niños con tracoma]- te das cuenta de que quizá tengas muchas cosas que aprender de ellos. Tú curas el tracoma, pero ellos te curan otras cosas. El tracoma, Folco, lo tienen también en India, y la perversión es que nosotros vamos allí con misioneros que hacen un hospital. Luego les bautizan, les ponen la faldita, les hacen hacer la señal de la cruz y al final ya nos son indios, sino testigos de Jehová. Vamos ahora con los chinos [...pone otro ejemplo más gracioso con los chinos]. ¿Qué es lo que me desespera? El final de la biodiversidad, que dejen de ser “manzanas de membrillo" [en italiano se dice así]. Queremos todas las manzanas iguales, redondas, grandes, brillantes, y así eliminamos la diversidad, que es el fundamento de la vida. […] Para mí, la riqueza de la Humanidad está en su variedad. Por ejemplo, los tuareg, ¿para qué quieres que lleven calzoncillos? ¡Dejadles ser tuareg!

¿Se puede dejar a los demás con sus valores, ayudarles a curarse el tracoma y pedirles que nos ayuden a curarnos de otra enfermedad más devastadora, que es nuestra infelicidad? […]

FOLCO: El rey de Mustang sólo quiere conservar la vida tradicional, ¿no? Solo que su proyecto se tuerce por el hecho de que la gente…

TIZIANO: …está inexorablemente atraída por lo moderno, lo nuevo. Sus súbditos van a caballo a Katmandú y ven esa ciudad llena de turistas. Ven dinero, mercados, tenderetes llenos de medicinas amarillas, rojas o azules, en vez de las hierbas de Amji [el médico del reino] […]

FOLCO: […] Una noche, en un pequeño pueblo de India vi que la gente se reunía no porque había una televisión, sino porque de tierras lejanas había llegado un sadhu errante, curandero, trovador y cuentacuentos.

TIZIANO: Bello! La pregunta es: ¿y hasta cuándo? Esto y esto otro que está desapareciendo en Asia […] Y por otra parte, no puedes ser insensible a las críticas que te dicen “Ah, tú eres un romántico, tú no tienes tracoma. Vuelves a casa y tienes penicilina y de todo”. ¿Cómo puedes decir “no”? Esto también es cierto. Y, sin embargo, mira nuestra vida. No es más feliz que la de la gente de Mustang.

¿Dónde está el camino del medio, entonces? ¿Es indispensable que para curar el tracoma se tenga que reducir ese lugar fascinante a un jaleo de tenderetes en el que las mujeres, que ahora encienden el fuego con excrementos de vaca recogidos por la mañana, cosan deportivas a máquina –tata-tata-tata! para comprarse una televisión con la que ver Gran Hermano? ¿Dónde está la solución? De nuevo me pregunto: ¿es posible salvar la belleza del mundo, que es su diversidad? Es un punto vital para mí, ¿me entiendes?


Si a quienes hayan llegado hasta aquí les quedan ganas de leerse el libro, me doy por satisfecho.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Dudas

Decía Kapuscinski que los cínicos no sirven para este oficio y que, sin embargo, la profesión está llena de ellos. Quizá sea el remedio fácil para sobrevivir sin quebrarse la cabeza.

La mujer que limpia mi casa cobra apenas 30 euros por 64 horas al mes. La cuenta es rápida: menos de 50 céntimos la hora. Janet -que así se llama- vive en Kibera, del que se dice que es el mayor asentamiento chabolista de África. Cuando viene a casa, lunes y jueves, aprovecha para ducharse y prepararse un té. Pero además se toma algunas libertades más. Un día cualquiera, faltan un plátano, una zanahoria, un rollo de papel higiénico y un cartón de leche. ¿Es un drama? No, pero me jode que me roben. Le explico que si necesita ayuda, que no se avergüence y nos la pida, pero que no nos mangue las cosas. A ella parece abochornarle igualmente. A mí también.

El domingo pasado acompañé a unos amigos de TeleSur a hacer un reportaje en Eastleigh, el barrio somalí de Nairobi. Sobre refugiados. Así que hablamos con varias personas, refugiados reconocidos por ACNUR. Y otras tantas que querían hablar y que no pudieron porque no nos daba tiempo. Un huérfano somalí de 17 años nos dijo que vino a Nairobi porque en su país tenía la opción de alistarse en Al-Shabaab o huir. Un señor nos contó que no podía escolarizar a sus cinco hijos porque no tenía dinero con el que hacerlo, y que la agencia de la ONU no alcanza para ayudar a todos los que corren su misma [puta y mala] suerte. Una señora me pregunta, a través del traductor, que cómo les va a ayudar lo que estamos haciendo. Y eso mismo me pregunto yo. Le respondo que en nuestros países nadie conoce de su existencia, de sus problemas, y que quizá dándoles voz alguien se digne a hacer algo. Pero sé que no va a ser así.

Acabamos de grabar y nos montamos en el taxi que nos llevará de vuelta al centro. Los tres estamos tocados por lo que acabamos de ver y escuchar. Pero, a los dos minutos, ya estamos hablando sobre dónde ir a comer...

Sé que algún día volveré a Eastleigh y a Kibera a hacer fotos que luego colgaré aquí. Y después, probablemente, quedaré a comer con mis amigos. Me preocuparé, pero pronto se me olvidará. Y eso, creo, es para hacérselo mirar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¡Olé! ¡Paella! ¡Torero!

Y un día cualquiera, paseando por el barrio...


* Mi maltrecha cabeza no da para mucho más después de que en los últimos dos días en Nairobi haya pasado semejante melocotón.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Mundo móvil

Voy al grano: aborrezco los teléfonos móviles. Me parecen una herramienta diabólica que esclaviza más de lo que libera a pesar de su enorme potencial. Odio cuando los niñatos se suben al metro con su teléfono a todo volumen, como aquellos míticos personajes que se paseaban en los ochenta y noventa con un radiocassette al hombro. Odio cuando la gente abandona las conversaciones para lanzarse sobre el móvil porque tiene un mensaje o una llamada.

En China, el móvil era el nuevo dueño que había absorbido millones de cerebros: una cajera del súper te dejaba desatendido porque le sonaba la melodía, mismo motivo por el que un taxista te dejaba de escuchar darle la dirección a la que dirigirse o un amigo interrumpía la charla. Era la expresión máxima del atontamiento movilizador a la que jamás he asistido.

En mi mini-rebeldía romántico-tradicional, no dejo que mi teléfono me quite ni un minuto de sueño (lo apago siempre mientras duermo) y procuro olvidármelo en casa con la frecuencia que el trabajo me permite.

Y sin embargo, ya no llevo reloj, ni tengo que preocuparme del despertador. O calculadora, o reproductor de música. A veces incluso lo utilizo como dispositivo para ver el correo electrónico o como cámara de fotos. Es evidente que dentro de menos de lo que pensamos ya no harán falta ni ordenadores como el que uso en estos momentos.

En África -al menos en las partes que llevo vistas-, casi cualquier persona, incluso las de más baja capacidad adquisitiva, tiene su móvil. Precisamente por eso, puede suponer la herramienta para salvar las barreras que las infraestructuras tradicionales aún no han podido derribar.

Está, por ejemplo, el revolucionario servicio M-Pesa (literalmente, "dinero móvil" en suajili), de la compañía keniana Safaricom, que permite el envío de dinero a través de la red de telefonía. Hace poco leí sobre un proyecto de escolarización vía móvil (cuyo enlace no encuentro ahora mismo).

Y pese a que la electricidad no llega a muchos rincones del continente, ya se las saben apañar ellos para recargar la batería de los modos más originales... Pero de eso ya hablaremos otro día.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Tiempo de aguaceros

Aunque con algo de retraso, ha empezado la temporada corta de lluvias, entre octubre y diciembre (hay una más larga entre marzo y mayo). Desde que el sol empieza a caer, una cortina de agua cubre la ciudad y concluye el día antes de tiempo, aunque, por fortuna, las trombas suelen caer por la noche.

Cuando cesa, miles de insectos toman las calles. Son una especie de termitas aladas llamadas guya en la lengua kikuyu. Tienen esta pinta y los indígenas, me aseguran, se las comen sin pestañear.

Pero a pesar de los diversos inconvenientes de las lluvias (multiplica los atascos por cinco, te embarras a la mínima, bichos invasores...), la ciudad se ve más verde y fresca. En el fondo, yo también bendigo estas lluvias...

domingo, 7 de noviembre de 2010

El día del señor

Y aprovechando la visita papal a tierras españolas...

Domingo, diez de la mañana. Como cada semana, en la iglesia cercana a mi casa hay reunión. Lo que debía ser música celestial es más bien un cóctel de gallos con más voluntad que vocación. Dicen que para la resaca es lo mejor. Al menos no son los Adventistas del Séptimo Día, que regalan berridos apocalípticos a quienes osan acercarse a sus dominios.

El aeropuerto de Nairobi lleva el nombre del primer presidente del país, Jomo Kenyatta, así como el rascacielos más característico de la capital, por no hablar de la universidad, la avenida principal o de su efigie en el reverso de todos los billetes y monedas locales. Pero da la sensación de ser un símbolo vacío. Pocos parecen recordar aquello -que, en cierto modo, me hace pensar en Marx- que el padre de la nación keniana (católico él, por cierto) dijo en una ocasión...

Cuando vinieron los misioneros, nosotros teníamos la tierra y ellos, la Biblia. Nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados. Cuando los abrimos, ellos tenían la tierra y nosotros, la Biblia.

Pues eso.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Elecciones en Tanzania (et VI)

Por cerrar el círculo, última noticia, con los resultados.

A partir de ahora, retomaré la normalidad... que me salen las elecciones tanzanas por las orejas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Elecciones en Tanzania (V)

Mañana regreso a Nairobi, así que espero que todo siga tranquilo por aquí, no vaya a ser que los tanzanos lleguen a las manos (o a los AK-47s) y me toque volverme a toda prisa.

Como cada día, hay buenas y malas noticias. Mucho me temo que serán las últimas sobre Tanzania hasta que saquen los resultados finales. Y menos mal, porque no sé contar más allá de VI en romano.

Ya pueden ustedes respirar tranquilos.

martes, 2 de noviembre de 2010

Elecciones en Tanzania (IV)

Creo que era Calle 13 los que cantaban eso de "si yo quisiera vender algo montaba una tienda". A mí me pasa parecido. Pero es que hay gente que tiene que vender. Si mi madre, tal día como hoy, se encuentra con ésto en las noticias, pues puede que esté tres días sin dormir, pensando que su hijo está en medio de Kabul. Varios amigos que lo han visto me han preguntado si estoy bien. No sólo estoy bien, sino que ni me he enterado de que había lo que han dado en llamar protestas. Y eso que algunas de ellas han tenido lugar en Dar es Salaam, que es donde estoy ahora mismo.

Según los observadores internacionales, son incidentes aislados, aunque sí creen que se puede montar si se retrasa la fecha de anuncio de los resultados (la comisión electoral tanzana los espera este viernes).

Por el momento, todo parece marchar bajo lo previsto: el presidente tanzano se destaca ya desde los primeros sondeos, como indicaban las encuestas. Este es un país tan informativamente tranquilo, que dudo mucho que haya movida seria.

Claro que también puede ser que haga click en publicar entrada y aquí empiecen a matarse...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Elecciones en Tanzania (III)

Llegó el gran día... y no pasó nada. Así que voy a saltarme la crónica de la jornada porque es como para pegarse un tiro.

Mientras tanto, en el que iba a ser mi destino africano...

...tampoco sucedió absolutamente nada.

sábado, 30 de octubre de 2010

Elecciones en Tanzania (II)

Calor insufrible en Dar. Lo que no tengo fundido de cerebro me ha permitido sacar una previa electoral de color, una previa de datos, una nota sobre cómo afrontan los albinos las elecciones (se han cargado más de cincuenta en lo que va de año porque existe la creencia de que sus miembros portan fortuna) y, para rematar, una sobre el apoyo a los candidatos en Internet. Continúo con la invitación, esta vez a un zumo de frutas de la pasión, a quien termine los cuatro textos sin bostezar. Ánimo, valientes.

viernes, 29 de octubre de 2010

Elecciones en Tanzania (I)

Estoy en Dar es Salaam para la cobertura de las elecciones tanzanas, así que dejaré el chiringuito un poco desatendido. Intentaré al menos ir colgando lo que publique. Hasta el momento: datos básicos y evolución política, perfil de los candidatos y situación del país ante los comicios. Si alguien es capaz de leerse los tres textos sin roncar, le invito a un yogur.

martes, 26 de octubre de 2010

China en África (I)

Tengo algo con China. Pasé allí los últimos seis meses de 2008 trabajando y al año siguiente volví uno de vacaciones. Tiziano Terzani lo llamaba il male giallo, el mal amarillo. Así que cuando descubrí que China estaba intentando desenterrar un trozo de su historia en Kenia, no me lo pensé y acudí a ver de qué se trataba. He aquí el resultado.

Imagen mangada de la BBC, bastante más aparente que las que tomé yo, que (ejem) llegué cuando la excavación ya había terminado...

* El título de esta entrada es el mismo que el que se le dio a la traducción española de La Chinafrique. Me traje el libro de España al venir y aún lo tengo aparcado en la estantería. La segunda parte de esta entrada llegará cuando encuentre el tiempo suficiente para leerlo.

[Actualización]

<a href="http://video.latino.msn.com/?mkt=es-us&vid=fec2f48b-e38e-4edb-9a82-91e119e701e0&from=es-us&fg=dest" target="_new" title="Hallan una moneda china que podría cambiar la historia de África oriental">Video: Hallan una moneda china que podría cambiar la historia de África oriental</a>

domingo, 24 de octubre de 2010

Malindi

Los enclaves desubicados tienen su magia. Macao podría ser a veces Lisboa, a veces Las Vegas, en China. Malindi pasa por ser la pequeña Italia de Kenia. Asentada en un emplazamiento nada despreciable, la segunda mayor ciudad portuaria del país (tras Mombasa) acoge una gran comunidad italiana que ha ido alterando a su antojo el funcionamiento local.


Aquí los negros hablan en la lengua de Dante y Berlusconi, el habitual jambo se cambia por ciao y en lugar de hey, boss! se opta por hey, capo! Las tiendas anuncian con grandes letras la venta de mozzarella y los reclamos de muchos de los negocios parecen orientados en exclusiva a los nuevos dueños de la ciudad. La pizza y la pasta, además, superan con creces las expectativas.

Pero no es, ni de lejos, el paraíso que locales y expatriados quieren vender. A la entrada de la ciudad, un amplio letrero reza en italiano: "Malindi condena la prostitución infantil". La adulta, por desgracia, parece del agrado de sus nuevos señores.

jueves, 21 de octubre de 2010

El Índico


Vengo de darme un baño en el Índico después de un día de trabajo interminable. Mientras me sacudía la arena de los pies, con una sonrisa que me daba la vuelta a la cara, me he acordado de un texto que escribió hace tiempo mi compañero de profesión (y, sin embargo, amigo) Daniel Iriarte para la publicación del colegio mayor en el que nos conocimos. Han pasado cuatro años y medio desde entonces y, aún hoy, no le cambiaría ni una coma:

¿Por qué viajamos? A menudo me lo he preguntado, y en cada época de mi vida me he dado respuestas diferentes –hablo por mí, no conozco tanto al resto del mundo-: para ser más independiente, para ensanchar la mente, por el placer estético de lo que uno ve. Y lo único que ha permanecido invariable es la jodida necesidad de viajar, que parece que tiene impulso propio. Porque resulta que ninguna de las respuestas lo explicaba todo.

Veamos: a menudo los que vamos por la vida de aventureros tragasables somos los más intolerantes. Cuántas veces he oído comentarios despectivos hacia uno “que no ha salido de casa en su vida”. Señores, salir de casa no garantiza nada. Todos conocemos personas que viajan a menudo, pero a las que no se les mueve ni un tornillo de la cabeza por lejos que estén. Y lo malo es que, precisamente por eso, se creen los más abiertos y cosmopolitas. Así que descartemos la apertura de miras como motivo para viajar, porque eso no se puede forzar (decía el sabio coñón: “un turista es aquel que viaja diez mil kilómetros para confirmar sus prejuicios”).

¿El placer estético? Existe, al contemplar un mercado africano o un desierto. Pero también ante un Rodín, una película de Kurosawa o una bella camarera. Ergo, no es necesario viajar para sentirlo.


¿Independencia, aprendizaje, sabiduría? Son buenos motivos: aprender a moverse por el mundo aumenta la autoconfianza, es indudable; pero más lo hace tu primer trabajo remunerado (que es, por cierto, donde a uno le sale la barba).
¿Se aprende viajando? Claro: no todo está en los libros, ni siquiera en Internet. Y además, lo mejor de todo, es que uno se lo pasa de miedo mientras aprende. Aunque, como vengo diciendo, hace falta un espíritu determinado para que un viaje sea verdaderamente productivo.

Lo que intento decir es que viajar no es un cheque que certifique la sabiduría. Puede ayudarnos a ser un poco más respetuosos, tener mayor capacidad de comprensión de las complejidades del mundo al haber aprendido que no todo se reduce a nuestro entorno; puede inspirarnos para ser más creativos, ayudar a que nos pasen cosas más interesantes, porque estamos más abiertos a ello. Pero el proceso mental que se produce en nosotros no es diferente al de cambiar de trabajo o de ciudad o conocer a una persona fascinante. Lo bueno, lo verdaderamente fantástico, es que en un viaje nos pasan todas esas cosas al mismo tiempo, así que, ¿por qué no hacerlo?


Si hoy me volviese a hacer la pregunta, probablemente sería más humilde en mi respuesta: diría “
porque me gusta”, como los niños pequeños. Porque lo único que sé es que, a veces, cuando mis botas estaban enterradas en la arena y la gente a mi alrededor gritaba en lenguas extranjeras, las cosas tenían sentido. Por eso nunca lo dejé.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La jungla cotidiana

Un día cualquiera, te despiertas y descubres que tienes la despensa tan vacía como el estómago. Decides acercarte al supermercado, un , en el que compras café , que luego pagas en caja con tu tarjeta del . La misma que usas más tarde para comprar por internet, gracias a la conexión de , un vuelo de para irte de vacaciones.
Quedas a comer en el y luego vas a tomar un té a la . Pero la noche se echa encima y recuerdas que tus amigos te esperan en el bar de siempre para saborear una cerveza mientras veis el partido de tu equipo preferido, los . Y todo sin salir de la ciudad.