Los enclaves desubicados tienen su magia. Macao podría ser a veces Lisboa, a veces Las Vegas, en China. Malindi pasa por ser la pequeña Italia de Kenia. Asentada en un emplazamiento nada despreciable, la segunda mayor ciudad portuaria del país (tras Mombasa) acoge una gran comunidad italiana que ha ido alterando a su antojo el funcionamiento local.
Aquí los negros hablan en la lengua de Dante y Berlusconi, el habitual jambo se cambia por ciao y en lugar de hey, boss! se opta por hey, capo! Las tiendas anuncian con grandes letras la venta de mozzarella y los reclamos de muchos de los negocios parecen orientados en exclusiva a los nuevos dueños de la ciudad. La pizza y la pasta, además, superan con creces las expectativas.
Pero no es, ni de lejos, el paraíso que locales y expatriados quieren vender. A la entrada de la ciudad, un amplio letrero reza en italiano: "Malindi condena la prostitución infantil". La adulta, por desgracia, parece del agrado de sus nuevos señores.
3 comentarios:
Tío, no compares... vale,que es horrible, pero la adulta, en según qué términos y condiciones, puede ser asumible. La infantil no, jamás y en ningún caso.
(Que anda que no me gustaría a mí estar sul mare por ahí contigo...)
Lo digo porque la adulta es en los siguientes términos: cincuentón napolitano gordo descamisao que tiene una negra veinte años menor que le sigue a todas partes, ¿asumible?
No, asumible no. Y no voy a entrar en comparar la mierda y la inmundicia, que no ha lugar. Sólo digo que reconocer que hay que proteger especialmente a la infancia, a los niños, que son los más desvalidos, me parece importante.
Por cierto, ¿leíste lo del hijoputa de Sánchez Dragó? (matarmatarmatarrrrrrrrrrrr...)
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