Mientras tanto, en el Cuerno de África...

Llevaba yo unos días dándole vueltas a cómo volver a contar algo de la hambruna en el Cuerno de África. Como ahora Susan (tidad) está en Ejpaña, el tema ha pasado a un segundo plano. En breve, veremos cómo pasa a tercer y cuarto plano hasta que la gente se olvide. Y porque no hay otro Madrid-Barça el sábado, que si no la gente ya ni sabría que hay algo que se llama Somalia.

No me he matado a buscar, pero no he visto en el discurso de ayer de Benedicto XVI referencia alguna a la hambruna. Dijo hace unos días que rezaría por las víctimas, lo que a mis ojos de laicista de patas de cabra, tridente, rabo en punta y cuernos equivale a que yo diga "me echaré una siesta por ellos". Seamos serios: a la gente afectada le cambia exactamente lo mismo. Y luego uno se entera de cosas de estas, y asín que nos va.

En fin, que tampoco voy a descubrir el mundo si digo que esto de la hambruna tiene más frentes que la Alemania nazi en sus últimos días. Vayamos, pues, por partes.


En Kenia, -que es donde vivo y, por tanto, lo que me pilla más a mano- se ha creado una campaña llamada Kenyans4Kenya (Kenianos por Kenia) en la que están recaudando millones de chelines para ayudar a las víctimas de la sequía y el hambre en su país. La portada de The Standard del pasado 28 de julio les recordó a los kenianos que en su país hay gente que se muere de hambre (es que hay unos cuantos que creen que viven en Beverly Hills):

Verguenza para Kenia...

Gado, viñetista del periódico keniano Daily Nation publicó una tira que ilustra bastante bien la movilización política al respecto:

¡Gracias a dios! ¡La ayuda alimentaria ya está aquí!

¿Ein? ¡Vienen aquí sólo a cazar votos para las elecciones de 2012!

A Gado, tanzano afincado en Kenia, le consideramos el Forges de la zona. Por su parte, el Forges auténtico publicaba esto en El País:

Somalia es el epicentro de la tragedia, con cinco provincias del sur en estado de hambruna declarado por la ONU. No me voy meter en el conflicto somalí y su repercusión en la crisis -que es mucha-, porque eso da para una tesis en sí solo y me desviaría del tema. Yo a lo mío: el otro día, un ministro británico dio, tras una visita a Mogadiscio, una cifra espeluznante, de un modo que suele mover conciencias: 400.000 niños somalíes están en riesgo de morir de hambre. El recurso a los niños siempre resulta, y sé que es muy grave, pero da la sensación de que el resto de la gente da igual. Como en las guerras, que sólo importan los muertos civiles, porque parece que el trabajo de los soldados en morir y matar. Al ver la noticia de los niños, no pude evitar acordarme de los Simpson.

¿Qué se sabe de Etiopía? Que es una dictadura y que los periodistas no tienen sencillo el acceso a las zonas más afectadas, como el campamento de refugiados de Dollo Ado, en la frontera con Somalia. Así que voy a dejar un par de enlaces de la información que distribuye Médicos sin Fronteras, que están allí presentes: una crónica y unas cuantas fotos.

¿Y Yibuti, también afectada por la sequía, pero olvidada por todos? Hasta ahora, sólo he visto una cosa de un medio anglosajón y ahora no la encuentro. Pero los corresponsales de La Vanguardia y TeleSur (Xavi Aldekoa y Rodrigo Hernández) han llegado hoy al país, por lo que no estará de más leer sus crónicas a partir de mañana para empaparse un poco.

¿Qué aguarda en los próximos días? Pues, en el campo keniano de refugiados de Dadaab, me aventuro a decir que seguirán esperando la llegada de otros 1.500 refugiados somalíes por día.

Para hacerse una idea de las dimensiones de la crisis, ACNUR ha creado una web en la que se actualiza diariamente el número de refugiados, sus procedencias y su lugar de refugio. Es una fuente de información muy interesante. Y más para los apasionados de los gráficos y los mapas, como es mi caso. De hecho, ya que estamos, he aquí un mapa interactivo de las zonas afectadas cortesía del Programa Mundial de Alimentos de regalo.

Pero no sufran, que la semana que viene, el próximo jueves 25 hay una conferencia de donantes de la Unión Africana en Adis Abeba y a partir de ahí se va a solucionar todo, todo y todo. Como con los rezos del papa.

Y menudo rollo que he largado. Releyendo la entrada me da la sensación de haberla escrito al más puro estilo analisto: meto unos cuantos enlaces desde mi sofá y quedo como si fuera un experto en la materia. Pero bueno, ahora mismo, mal que me pese, poco más puedo hacer por contar algo del tema.