A las siete y diecinueve del 7 de agosto, entró a mi móvil el siguiente mensaje: Fire reported at JKIA International Airport. Media reports indicate to avoid area. Expect possible delays in flights.
Me lo había reenviado Lucía, una amiga asturiana con quien, junto a su marido y su hijo, volaba hacia Madrid al día siguiente para disfrutar de unas no-sé-si-merecidas-pero-desde-luego-necesarias vacaciones. El mensaje posterior fue un emoticono con cara de mecagonsusmuertos, seguido de uno que nos alertaba de que se habían suspendido todos los vuelos.
Las imágenes que llegaban desde el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta (JKIA) eran tal que así:
¿A alguien se le ocurre un modo mejor de empezar las vacaciones?
Cuando encendí el ordenador y empecé a ver las imágenes de las televisiones, la cosa no pintaba mucho mejor...
En ese momento, la mejor descripción la dio mi amigo Vieri en facebook: Hakuna airport. "No hay aeropuerto", en suajili. Ya metidos en materia lingüística local y relacionado con el tema, comentar que en suajili, "avión" y "pájaro" se dicen con la misma palabra: ndege. Por lo que el famoso ¿es un pájaro? ¿es un avión? ¡Es superman en acción! carece de traducción, no digamos ya de rima o gracia.
En estas situaciones, te tienes que reir. Es decir: cagarte en la madre que los parió sirve solo de desahogo inicial, pero luego hay que echar a andar por la senda de la resignación. El humor hace todo siempre más llevadero.
"¿Cómo ha podido suceder?", se preguntarán. Es lo que tiene que sea un aeropuerto de chapa y madera. Es el peor aeropuerto internacional africano en el que he estado, de lejos. Incluso al de Mogadiscio se le perdona la cutrez por motivos obvios. Un reportero de una televisión local asegura que se trata del aeródromo más moderno de África oriental. Me pregunto si estamos hablando del mismo aeropuerto. Hecho una cuenta rápida entre los que conozco y concluyo que le superan los de: Mombasa, Entebbe (Kampala), Kigali, Addis Abeba, Wajir, Eldoret, Kisumu, Dar es Salaam, Zanzíbar, Gondar, Lalibela, Axum, Bahir Dar y Malindi. No hablemos ya de aeropuertos africanos de otras regiones como los de Johanneburgo, Durban, Ciudad del Cabo o El Cairo. Sólo el de Juba, el de Lamu (en 2011 estaban contruyendo uno nuevo), el Nairobi-Wilson y el de Ukunda -y, como he dicho, el de Mogadiscio- son más lamentables que el JKIA.
La cutrez del incendiado es tal que un exjefe mío me manda un mensaje al llegar a Madrid y me dice que si he logrado salir de allí. Y que seguro que el fuego ha dejado el aeropuerto mejor de lo que estaba, porque peor es imposible.
El mensaje me arranca una sonrisa después de 25 horas de viaje, una conexión aérea perdida, una escala extra en Roma y las maletas perdidas al aterrizar en Barajas. A mí me llegarán en tres días; a mis amigos, nunca. El recuerdo del viaje que decido quedarme es el de despegar de Nairobi al amanecer del día 9 de agosto y, de una uniforme alfombra de nubes blancas teñidas del anaranjado reflejo del sol naciente, la cima del Monte Kenia emergiendo. No tengo a mano la cámara y el teléfono está apagado, por lo que solo la memoria me guarda esa postal. Lo más parecido que logro hallar en internet es la foto que sigue, solo que el día en esta imagen está un tanto enfadado.
Como suele ser común en los sucesos, los rumores sobre el origen de la tragedia se disparan. Les voy a ahorrar las versiones y decirles que el FBI concluyó hace poco que había sido un fallo eléctrico el causante. A partir de ahí, créanse lo que quieran. Mi oponión es que gracias al fuego, seguramente mejoren un edificio decadente, desagradable y muy poco funcional.
A la vuelta de Europa, me encuentro con un Jomo Kenyatta Tented Airport, con sus carpas blancas dando la bienvenida.
Pero venga, vamos a romper una lanza en su favor: si esto pasa en Europa, no salgo con solo un día de retraso ni de coña. ¿Saben cómo solucionaron el retraso de un día de nuestro vuelo para evitar overbooking? Al día siguiente de mi reserva, enviaron un avión con el doble de capacidad para llevar a la capital egipcia a todos los pasajeros correspondientes a los vuelos de los días 8 y 9 de agosto. Y asunto resuelto. Porque, para bien y para mal -y como cantaba Shakira-, esto es África.
Como mal de muchos es consuelo de tontos, y yo soy bastante tonto, me sentí bastante identificado con el bueno de Lorenzo, al que el Ramadán libio se le fumó un día de vacaciones en España. El país estará patas arriba, sí, pero sepan que para los que residimos en lugaresde mentira en vías de desarrollo, unos días en España nos saben cordero asado. Me he tenido que ir a Kenia para descubrir lo que los alemanes saben desde hace décadas: que menudo país tenemos para unas vacaciones.
Me lo había reenviado Lucía, una amiga asturiana con quien, junto a su marido y su hijo, volaba hacia Madrid al día siguiente para disfrutar de unas no-sé-si-merecidas-pero-desde-luego-necesarias vacaciones. El mensaje posterior fue un emoticono con cara de mecagonsusmuertos, seguido de uno que nos alertaba de que se habían suspendido todos los vuelos.
Las imágenes que llegaban desde el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta (JKIA) eran tal que así:
¿A alguien se le ocurre un modo mejor de empezar las vacaciones?
Cuando encendí el ordenador y empecé a ver las imágenes de las televisiones, la cosa no pintaba mucho mejor...
En ese momento, la mejor descripción la dio mi amigo Vieri en facebook: Hakuna airport. "No hay aeropuerto", en suajili. Ya metidos en materia lingüística local y relacionado con el tema, comentar que en suajili, "avión" y "pájaro" se dicen con la misma palabra: ndege. Por lo que el famoso ¿es un pájaro? ¿es un avión? ¡Es superman en acción! carece de traducción, no digamos ya de rima o gracia.
En estas situaciones, te tienes que reir. Es decir: cagarte en la madre que los parió sirve solo de desahogo inicial, pero luego hay que echar a andar por la senda de la resignación. El humor hace todo siempre más llevadero.
"¿Cómo ha podido suceder?", se preguntarán. Es lo que tiene que sea un aeropuerto de chapa y madera. Es el peor aeropuerto internacional africano en el que he estado, de lejos. Incluso al de Mogadiscio se le perdona la cutrez por motivos obvios. Un reportero de una televisión local asegura que se trata del aeródromo más moderno de África oriental. Me pregunto si estamos hablando del mismo aeropuerto. Hecho una cuenta rápida entre los que conozco y concluyo que le superan los de: Mombasa, Entebbe (Kampala), Kigali, Addis Abeba, Wajir, Eldoret, Kisumu, Dar es Salaam, Zanzíbar, Gondar, Lalibela, Axum, Bahir Dar y Malindi. No hablemos ya de aeropuertos africanos de otras regiones como los de Johanneburgo, Durban, Ciudad del Cabo o El Cairo. Sólo el de Juba, el de Lamu (en 2011 estaban contruyendo uno nuevo), el Nairobi-Wilson y el de Ukunda -y, como he dicho, el de Mogadiscio- son más lamentables que el JKIA.
La cutrez del incendiado es tal que un exjefe mío me manda un mensaje al llegar a Madrid y me dice que si he logrado salir de allí. Y que seguro que el fuego ha dejado el aeropuerto mejor de lo que estaba, porque peor es imposible.
El mensaje me arranca una sonrisa después de 25 horas de viaje, una conexión aérea perdida, una escala extra en Roma y las maletas perdidas al aterrizar en Barajas. A mí me llegarán en tres días; a mis amigos, nunca. El recuerdo del viaje que decido quedarme es el de despegar de Nairobi al amanecer del día 9 de agosto y, de una uniforme alfombra de nubes blancas teñidas del anaranjado reflejo del sol naciente, la cima del Monte Kenia emergiendo. No tengo a mano la cámara y el teléfono está apagado, por lo que solo la memoria me guarda esa postal. Lo más parecido que logro hallar en internet es la foto que sigue, solo que el día en esta imagen está un tanto enfadado.
Como suele ser común en los sucesos, los rumores sobre el origen de la tragedia se disparan. Les voy a ahorrar las versiones y decirles que el FBI concluyó hace poco que había sido un fallo eléctrico el causante. A partir de ahí, créanse lo que quieran. Mi oponión es que gracias al fuego, seguramente mejoren un edificio decadente, desagradable y muy poco funcional.
A la vuelta de Europa, me encuentro con un Jomo Kenyatta Tented Airport, con sus carpas blancas dando la bienvenida.
Pero venga, vamos a romper una lanza en su favor: si esto pasa en Europa, no salgo con solo un día de retraso ni de coña. ¿Saben cómo solucionaron el retraso de un día de nuestro vuelo para evitar overbooking? Al día siguiente de mi reserva, enviaron un avión con el doble de capacidad para llevar a la capital egipcia a todos los pasajeros correspondientes a los vuelos de los días 8 y 9 de agosto. Y asunto resuelto. Porque, para bien y para mal -y como cantaba Shakira-, esto es África.
Como mal de muchos es consuelo de tontos, y yo soy bastante tonto, me sentí bastante identificado con el bueno de Lorenzo, al que el Ramadán libio se le fumó un día de vacaciones en España. El país estará patas arriba, sí, pero sepan que para los que residimos en lugares
3 comentarios:
y lo bien que te tratan tus amigos cuando por fin consigues llegar y empezar las vacaciones ...
ese desayuno 'postparty' no se paga con dinero!
Ya te lo digo :) Eso sí que es una primera noche de juergarl y lo demás son tonterías...
Hagamos un club, Javi: el VCpA (Vacaciones Castradas por África), el S,THP (Sí, Tú Haz Planes), o el MeLoCuentanYNoMeLoCreo.fr (de frustración).
¡Aunque lo tuyo sí que fue de traca! Lo mío, además, no sé debió a fuegos fatuos, sino a los tejemanejes de una empresa italiana (seria, competente, que viva Iurop).
¡Salud!
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