El problema de los imprevistos es su propia definición. Cierto que le añaden salsa a la vida, pero hay veces que son de lo más inoportuno. Así, un buen día en el que te dispones a ir de safari con tus amigos (ya has llegado al parque natural y todo), recibes una llamada. Es de un compañero, que te cuenta que ha habido un tiroteo en un centro comercial de Nairobi. Y toca dar media vuelta y pasar cuatro días escribiendo sobre otro tipo de fauna.
