martes, 18 de octubre de 2011

Soluciones Ikea para Dadaab

A finales de agosto, el gigante sueco del mobiliario, Ikea, anunció la donación de 62 millones de dólares al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR, para los amigos), la mayor que esta agencia humanitaria ha recibido de un donante privado en su historia. Para ponerlo en contexto: es el doble de lo que ha donado España al Cuerno de África durante esta crisis. Con este desembolso -explica la propia Fundación Ikea en su página web- se prevé ayudar a unas 120.000 personas en los próximos 3 años.

Me van a permitir la gracia, pero lo primero que a uno se le viene a la cabeza es que los de Ikea se dejaron llevar por el impulso de que donde caben dos, caben tres...



...y vieron que en Dadaab, donde caben 290.000 (hasta la apertura de Ifo II y Kambioos, hace pocas semanas, la capacidad era de 90.000), caben 444.381. Y aumentado. O imaginarse a los refugiados, llave allen en mano, montándose su cama Strofjk en vez de esa especie de iglúes de paja y plástico que construyen al llegar a los campos, mientras esperan que ANCUR les provea su primera tienda.

No, bueno, poca broma con ese tema, que la situación es muy compleja en Dadaab y las soluciones no son nada sencillas. Dadaab es el equivalente a la tercera mayor ciudad de Kenia, en medio del desierto y con recursos muy limitados.  Y, desde luego, la que a mayor ritmo crece (a razón de 700 nuevos refugiados somalíes al día en las últimas semanas) a pesar del supuesto cierre de fronteras de Kenia tras los últimos secuestros.

El caso es que, en los últimos días, han visitado el campamento varios representantes de la Fundación Ikea. Me dice una trabajadora de ACNUR que opera en Dadaab que, aunque no hay un plan concreto por el momento, la intención de Ikea es centrar la ayuda en los niños y los jóvenes. Pero que quieren desarrollar un plan integral que no se ciña a... yo qué sé... centros médicos, alojamiento o conducción de agua, sino que abarque todos los ámbitos. Y que se llevará a cabo en los recién abiertos campamentos de Ifo II y Kambioos.

Por el momento y mientras las cosas sigan como están, los habitantes de Dadaab (sobre todo los últimos en llegar) dependen casi por completo de la ayuda humanitaria. Así que cualquier donación es más que bienvenida. Quizá dentro de poco veamos a este lugar perdido en el desierto convertido en la República Independiente de Dadaab.

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