Por si alguien aún albergaba alguna duda a estas alturas,
tempus fugit que es una barbaridad,
como decía Manuel Cuéllar en El País hace unos meses. El inigualable
Freddie Mercury habría cumplido hoy 65 años. Yo aún me veo en el Opel Kadett de mi padre camino a la Expo' 92 de Sevilla cantando con mi hermana en inglés macarrónico
Healdlong o algún otro temazo del cassette con el Greatest Hits II de la banda británica. Creo que la escuchamos tantas veces que acabó perdiendo el magnetismo o algo. O alguna milonga nos contaría mi padre, que creo que acabó
hasta la polla odiando
Queen.
La verdad es que cada vez que sale el grupo en una conversación, no hay término medio: estamos los que somos
queenistas (algunos rozan la enfermedad; a mí simplemente me gusta el grupo) y los que lo odian visceralmente.

Es igual, que menudo rollo estoy soltando sin venir a cuento. ¿A qué viene todo esto? ¿Qué
cojones pinta Freddie Mercury en este blog, si aquí supuestamente se habla de África? ¿Qué hace un imán del líder de Queen en la nevera de mi casa de Nairobi? Muy sencillo: el vocalista y hombre orquesta de Queen
nació como Farrokh Bulsara en la isla tanzana de Zanzíbar.