martes, 29 de noviembre de 2011

Axum y el Arca Perdida

El Arca de la Alianza, el cofre en el que Moisés recibió de dios los Diez Mandamientos en el monte Sinaí. De valor incalculable y poderes inimaginables. Tan sólo una persona, el guardián de Santa María de Sion, en la localidad septentrional etíope de Axum, puede verla. Y de cómo el resto de los mortales tienen que pagan cosa de 8 euros para entrar en un recinto piojoso y hacer como que se creen que el artefacto se encuentra en este edificio.


Etiopía, donde algunos dicen que se localizó el Reino de Saba, reclama para sí ser el hogar de la preciada reliquia.

Ya sé que hoy comienza la cumbre del clima en Durban (Sudáfrica) -y que además me tocará cubrir a partir de la semana que viene- y quizá debería contar algo interesante sobre el evento, pero lo cierto es que sigo de vacaciones y, como se ve, a lo mío. Como soy un total desconocedor de historia de las religiones y no quiero meterme en jardines (y, lo reconozco, ahora mismo un poco vago), os dejo con la historia que ofrece del asunto la guía Bradt de Etiopía (en traducción libre). Y el que quiera creer, que crea:

En la iglesia de Santa María de Sion de Axum, se encuentra un artefacto que, de confirmarse su autenticidad, añadiría muchísima miga a las leyendas etíopes. Por desgracia, sólo una persona viva ha visto este artefacto. El Arca de la Alianza está, según los cristianos etíopes, encerrada bajo llave en esta iglesia y sólo el guardián oficial puede entrar [los no-sacerdotes-ortodoxos-etíopes ni siquiera nos podemos acercar a cinco metros de la verja que rodea el templo]. No hay duda de la importancia que la leyenda del Arca juega en la Cristiandad etíope y pocas personas se atreverían a cuestionarla. Pero, superficialmente al menos, su presencia en Axum parece más bien poco probable.
Para aquellos poco familiarizados con el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza fue construida por los niños de Israel para guardar las Tablas de la Ley que dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Según la Biblia, dios le dio a Moisés instrucciones precisas de su diseño y ornamentación. Estaba dotada de poderes mortales, especialmente útiles durante las batallas. Después de que los judíos se asentaran en Jerusalén, el Arca fue emplazada en un templo contruido por [el rey] Salomón en el siglo X antes de Cristo, donde permaneció hasta que el templo fue destruido por los babilonios en el 587 a.C. En el tiempo que estuvo en Jerusalén, el Arca fue el objeto más preciado de la fe judía, la personificación virtual de dios, y en muchos pasajes bíblicos se refieren a ella simplemente como Jehová. Después de la destrucción del templo de Salomón, desapareció. A pesar de los muchos intentos por recuperarla durante los siglos subsiguientes, nunca fue hallada.
En su libro The Sign and the Seal, Graham Hancock investigó la afirmación etíope y construyó una secuencia de hechos verosímil para apuntalar esta teoría. Hancock señala -y no es el primero en hacerlo- que hay motivos para creer que el Arca desapareció de Jerusalén mucho antes del 587 a.C. En ninguna parte de la Biblia se dice que el Arca fuera tomada por los babilonios, lo cual resulta extraño, teniendo en cuenta su importancia religiosa. Varios libros escritos durante el reinado de Josiah (640 a.C.) apuntan a que probablemente desapareció por entonces. Hancock sugiere que que el Arca fue sacada de allí durante el reinado de Manasseh (687-642 a.C.), un rey que horrorizaba a los líderes religiosos porque consideraban que veneraba a un ídolo sacrílego en el templo de Salomón. El autor indica que algunos sacerdotes molestos [con las prácticas de Manasseh] sacaron el Arca del reino. [...]
Hancock salta las lagunas históricas de la teoría etíope al respecto, ya que las pruebas disponibles en este momento sugieren que Axum fue fundada varios siglos después del reinado de Salomón, y fecha la llegada del Arca en la bien documentada conversión al catolicismo del rey Ezana, en el siglo IV después de Cristo. [En el capítulo de historia de Etiopía, la guía relata que la historia tradicional etíope cuenta que la reina de Saba visitó al rey Salomón en Jerusalén, concebieron un hijo que la reina alumbró ya de vuelta en su reino y que llamó Menelik -hijo de reyes-. Varios años después, Menelik volvió a visitar a su padre, aprender las leyes del Moisés y terminó llevándose el Arca a Axum. Sería el inicio de la dinastía Salomónica en Etiopía. Así, muy resumidico]. Hancock descubrió que algunos curas del monasterio de Tana Krikos, en el Lago Tana, aseguran tener pruebas de que el Arca estuvo en la isla durante 800 años antes de ser trasportada a Axum. [...]
Hancock descubrió entonces un gran asentamiento judío y un templo construido a semejanza del original de Salomón en la isla Elefantina, cerca de Asuán, en el río Nilo. Se suele aceptar la teoría de que el templo se construyó alrededor del reinado de Manasseh [687-642 a.C.], y el hecho de que algunos sacerdotes del templo se escribían con sus colegas de Jerusalén está bien documentado. Parece que los curas de allí llevaron a cabo sacrificios rituales similares a los de los Falasha [judíos etíopes], confirmando que se alejaron del judaísmo ortodoxo antes del reinado de Josiah [640 a.C.]. Además, los egipcios destruyeron el templo alrededor del 410 a.C. Se cree que la comunidad judía de la isla Elefantina habría escapado de allí, pero nadie sabe adónde fueron. Parece como si hubieran desaparecido. Hancock, como es natural, sugiere que fueron a Etiopía. Asimismo, asegura que esta teoría concuerda con la historia que le contó un viejo sacerdote Falasha que conoció en Israel, quien rechazaba la teoría de Makeda [la reina de Saba y su hijo Menelik] y que afirmaba que sus antepasados habían vivido en Egipto durante varios siglos procedentes de Israel. Y que el Arca que llevaron con ellos estuvo en el lago Tana mucho antes de que los cristianos de Axum lo robaran. 
Como no-historiador, no sé si tomarme muy en serio el libro de Hancock [...] el eje central del libro -las ideas resumidas aquí arriba- suenan creíbles [...] Mi conclusión es que, si los hechos son correctos, Hancock ha demostrado que es posible que el Arca esté en Axum [...] Pero estoy igual de preparado que cualquier mortal no experto en el tema. Espero que el Arca esté en Etiopía, pero no me jugaría dinero a que sí. El libro es muy fácil de leer y el tema es apasionante. Os invito a que os hagáis con una copia y decidáis por vosotros mismos.
Tan persuasivos como los argumentos de Hancock son los de Stuart Munro-Hay, quien dice que la historia del Arca no aparece en ninguna de los relatos sobre la conversión de Ezana, ni en ninguna de las historias sobre los Nueve Santos, ni sobre la conquista de Yemen por parte del rey Kaleb (contra un rey judío, además). Ni siquiera en los relatos etíopes sobre el final de la monaquía, cuando la reina Judith atacó el país o cuando el Zagwe llegó al poder. De hecho, la primera referencia a que el Arca esté en Etiopía es de Abu Salib, durante el reinado de Lalibela, alrededor de 1210 d.C. Estoy de acuerdo con Munro-Hay en que es raro [que no se mencionase antes], por no decir otra cosa, si los etíopes creían entonces que el símbolo más poderoso de dios estaba en su [entonces] capital.[...]


La verdad es que no sé a qué viene tanta controversia, cuando cualquiera que haya visto Indiana Jones, en Busca del Arca Perdida, sabe a la perfección que el Arca de la Alianza está olvidada en algún almacén estadounidense...

No hay comentarios: