miércoles, 28 de marzo de 2012

Desayuno con petróleo. Y con legañas.

Madrugar mata. Deberían poner una pegatina al estilo de las de las cajetillas de tabaco en los despertadores. Esta mañana, aún con legañas en los ojos y un sueño de tres mil quinientos pares de cojones, he ido a la presentación en Nairobi de Africa's Future. Darkness to Destiny, de Duncan Clarke. Que, dicho así, puede dar bastante respeto, pero ha resultado ser hasta interesante.

Clarke es el big boss de la consultoría de petróleo y recursos naturales Global Pacific and Partners, que ha asesorado a gobiernos y empresas de todo el mundo en esta materia, lleva cuarenta años estudiando el tema y ha escrito cuatro libros sobre eso, incluido el que acabo de mencionar. Vamos, que se le debería suponer algún conocimiento sobre el tema. Tras la rueda de prensa -a la que hemos asistido Perry, Rita, la madre del topo y un servidor, básicamente-, he aprovechado para hacerle unas preguntillas...

"Las maldiciones de África son los políticos y sus políticas", asegura.

jueves, 22 de marzo de 2012

Guía de los "pájaros" de África oriental

Por higiene mental, llevaba una racha sin leer literatura africana, o sobre temática africana, o, simple y llanamente, literatura en inglés. Hasta que, hace unos días, le tomé prestado a mi novia A Guide to the Birds of East Africa (Nicholas Drayson, 2008), que no es una guía ornitológica de la región, sino una de las mejores novelas que he leído en los últimos años. Bien es cierto que, por trabajo, he leído más ensayos que novelas, pero de verdad que merece la pena. Se lee en patada y media y tiene un estilo cómico y diferente. De hecho, creo que me lo voy a comprar para sumarlo a la colección.

Si te fías mínimamente de mi criterio y crees que te lo terminarás leyendo, no sigas con este texto, porque pretendo citar algunos pasajes graciosos. Te dejaré con la sinopsis de la cubierta trasera del libro, a ver si así te pica más el gusanillo. Traducción libre del inglés:  

El reservado y honorable señor Malik.
No llamará su atención en una calle de Nairobi - excepto, quizás, para hacer comentarios sobre su cuidadosamente esculpido peinado- pero bajo su poco atractivo exterior se encuentran un corazón cálido y una pasión secreta. Ni siquiera sus amigos más íntimos lo saben, pero el señor Malik está perdidamente enamorado por la guía del paseo ornitológico matinal de los martes, Rose Mbikwa. 


Poco puede imaginar los obstáculos que le aguardan. A pesar de su intención de invitar a salir a Rose, ladrones, secuestradores y funcionarios corruptos, por no hablar de un rival directo para su conquista, parecen destinados a frustrar posibilidades del señor Malik. 

¿Será derrotado un indio en el corazón de África por los múltiples problemas que se interponen entre él y el deseo de su corazón? ¿O prevalecerán el honor y la decencia? 

Anda, mira, y de casualidad acabo de descubrir que está publicado en castellano bajo bajo el título Un baile en Nairobi.

Si, por el contrario, te chupa un huevo y no te lo piensas leer de ninguna forma, entonces adelante. O cierra esta ventana y dedícate a hacer algo más productivo.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Música benga

Agárrense los machos. Esto es música benga:




Se trata un tipo de música popular keniana. Es la típica que a uno se le viene a la cabeza al pensar en esta zona y que le trasporta al oyente a lugares exóticos y situaciones inverosímiles. Ya. Probad a escucharla cada vez que os montéis en el coche, o imaginad que suena cada vez que os tomáis una caña en el bar. Se hace un poco más pesada, aunque reconozco que sigue teniendo su aquel cuando suena en el matatu. O en el móvil del vigilante de la urbanización.

La primera vez que leí ese nombre fue al toparme con la noticia de la muerte de un reputado artista de este tipo de música en el periódico, hace casi ya un año. Sin embargo, entonces no me interesé más por aquello.

Pero fue hace unos meses cuando de verdad me quedé con el nombre: benga. Fue por casualidad, cuando iba en un taxi, camino a Kitengela, con mis padres, que habían venido de visita...

sábado, 10 de marzo de 2012

Cuestión de tiempo

Sucede desde hace días: cada vez que vuelvo a casa, el reloj de pared que he comprado está parado. Un día a la seis, otro a las cuatro menos veinte. El segundero está siempre descansando. El arreglo consiste tan sólo en empujar la pila que tiene ubicada en el dorso, pero esta nimia anécdota me ha servido para replantearme la tan manida cuestión del tiempo en África.

El europeo y el africano tienen un sentido del tiempo completamente diferente; lo perciben de maneras dispares y sus actitudes también son distintas.
Los europeos están convencidos de que el tiempo funciona independientemente del hombre, de que su existencia es objetiva, en cierto modo exterior, que se halla fuera de nosotros y que sus parámetros son medibles y lineales. Según Newton, el tiempo es absoluto: «Absoluto, real y matemático, el tiempo transcurre por sí mismo y, gracias a su naturaleza, transcurre uniforme; y no en función de alguna cosa exterior». El europeo se siente como su siervo, depende de él, es su súbdito. Para existir y funcionar, tiene que observar todas sus férreas e inexorables leyes, sus encorsetados principios y reglas. Tiene que respetar plazos, fechas, días y horas. Se mueve dentro de los engranajes del tiempo; no puede existir fuera de ellos. Y ellos le imponen su rigor, sus normas y exigencias. Entre el hombre y el tiempo se produce un conflicto insalvable, conflicto que siempre acaba con la derrota del hombre: el tiempo lo aniquila.
Los hombres del lugar, los africanos, perciben el tiempo de manera bien diferente. Para ellos, el tiempo es una categoría mucho más holgada, abierta, elástica y subjetiva. Es el hombre el que influye sobre la horma del tiempo, sobre su ritmo y su transcurso (por supuesto, sólo aquel que obra con el visto bueno de los antepasados y los dioses). El tiempo, incluso, es algo que el hombre puede crear, pues, por ejemplo, la existencia del tiempo se manifiesta a través de los acontecimientos, y el hecho de que un acontecimiento se produzca o no, no depende sino del hombre. Si dos ejércitos no libran batalla, ésta no habrá tenido lugar (es decir, el tiempo habrá dejado de manifestar su presencia, no habrá existido).

martes, 6 de marzo de 2012

Impresiones entre el caos

Es el título de texto que ha mandado, hace unas horas, el corresponsal en Brazaville del medio para el que trabajo. Una breve reflexión en medio de los cascotes que dejaron las explosiones provocadas por el incendio en un arsenal de armas de la capital de la República del Congo este domingo, que causó entre 146 muertos (según el Gobierno) y más de 200, de acuerdo a las cifras de la prensa local.

El trabajo de campo sorprende a menudo por lo que llegas a encontrarte. A pesar de que sólo se habla de muertos y de heridos, ayer por la noche, después de presenciar cómo varios afectados regresaban a revisar las ruinas de [lo que habían sido] sus hogares, un tipo me preguntó que para quién trabajaba. "Para Efe, una agencia española". Y, el caballero, a pesar de su situación, me dijo que había visto el partido del Real Madrid del domingo en el refugio [donde el Gobierno le había ubicado]. Es extraña, la vida.

Aquí, la crónica que ha publicado mi compañero. Su perfil de un pueblo hastiado por la corrupción no tiene desperdicio.

domingo, 4 de marzo de 2012

El maravilloso mundo del LAPSSET

Lo anunció The East African hace unas semanas y el viernes se colocó la primera piedra. El controvertido y largamente anunciado proyecto LAPSSET (acrónimo en inglés para Puerto de LAmu - Sudán del Sur - ETiopía) se ha puesto en marcha a pesar de todos los potenciales pesares.

"Este día pasará a la historia", dijo ayer el presidente de Kenia, Mwai Kibaki, durante la ceremonia de inauguración de las obras del futuro puerto comercial keniano de Lamu (sureste).

No sé si da para mear tan alto, pero algo de razón puede que lleve el gordo de Kibaki. Porque este ambicioso macroproyecto de infraestructuras es, entre otras cosas, un puñetazo sobre (el mantel de cuadros rojiblancos) de la mesa de la geopolítica. Recurriré a un mapa de la BBC (que en materia infográfica son especialmente apañaos) para evitarme muchas explicaciones. Es domingo y tampoco me voy a poner aquí a hacer un análisis sesudo. Entre otras cosas, porque no me da.