jueves, 18 de diciembre de 2014

"Para frenar el cambio climático hay que combatir la pobreza"



El pasado año, Yeb Saño saltó a la fama mundial sin querer: días después de que Haiyán, el tifón más potente jamás registrado, arrasara su Filipinas natal, Saño rompió a llorar en la cumbre del clima de Varsovia, en medio de un emotivo discurso en el que pedía acción inmediata para contrarrestar los efectos del cambio climático. Ahora afronta la nueva cumbre del clima de la ONU, en Lima, [concluida el pasado domingo con el enésimo acuerdo decepcionante] con un cierto desánimo en lo relativo a la efectividad de estas reuniones. El comisario filipino de Cambio Climático quiere compromisos y puestas en práctica reales. “Retrasar más las actuaciones en este campo es condenar a las poblaciones más vulnerables”, asegura.

P- Da la sensación de que todas las cumbres de la ONU sobre el clima no terminan por traducirse en acción tangible a la hora de frenar el cambio climático. ¿Qué debería incluir un acuerdo global que realmente fuera efectivo?

R- En primer lugar, tiene que responder a las demandas científicas. Necesitamos hacer todo lo que se pueda para que el calentamiento global no suba más de dos grados. Después, tiene que garantizar justicia. La crisis climática es también una crisis de desarrollo: hay gente que vive en la miseria y que no ha visto un coche en su vida. Los países que tienen más responsabilidad en el cambio climático tienen que hacer más por combatirlo que los países pobres y que lo sufren. Como tercer punto, tiene que permitir la reindustrialización del mundo, una revolución industrial similar a la del siglo XVIII. Tiene que incluir todos los mecanismos que nos permitan cambiar nuestras economías del marrón al verde. Y, por último -y este punto es muy polémico-, tiene que ser legalmente vinculante. Así nos aseguraremos de que se sigue poniendo en marcha cuando cambien los gobiernos.

P- ¿Se logrará eso en Perú?

R- Ésta es una cumbre “de trabajo”. Aquí se acordarán los puntos de cara a un nuevo acuerdo en París, el año que viene. Hemos visto anuncios esperanzadores por parte de EEUU y China, los mayores emisores de gases contaminantes, y necesitamos esa actitud por parte de todos los países. Aún así, dista de ser suficiente. Muchos países en desarrollo quieren ver un acuerdo más amplio, no solo limitado a la mitigación de los efectos, sino también a la adaptación.

P- Parece que no se avanza nunca.

R- Es cierto. Estamos perdiendo una década. Los acuerdos alcanzados en 2011, en la cumbre de Sudáfrica, no se pondrán en marcha hasta 2020.

P- ¿Por qué?

R- Porque el multilateralismo [el acuerdo entre todos los países del planeta] es la única forma de avanzar. El cambio climático no entiende de fronteras, y necesitamos a todo el mundo para combatirlo. Pero es cierto que, al tratar de avanzar en bloque, terminamos con compromisos más flojos y sacrificando el futuro de la Humanidad.

P- ¿Cómo combatimos en cambio climático, entonces?

R-
Ése es el Santo Grial del desarrollo... y no lo hemos encontrado. En mi opinión, la solución pasa por no quedarse absorto con el tema del cambio climático y actuar sobre sus causas: desigualdad, ignorancia y la debilidad de las distintas comunidades. Si se consigue eso, estaremos en el buen camino.

P- ¿Cómo están relacionados pobreza y cambio climático?

R- Verás, yo no creo que haya que haya que primar la lucha contra el cambio climático frente a otros problemas. El cambio climático no es el problema, sino un síntoma de un modelo de desarrollo disfuncional que condena cada vez a más gente a la pobreza y destruye el planeta y oportunidades para el bienestar. Mucha gente no se da cuenta de que la lucha contra el cambio climático tiene que ir de la mano con el combate a la pobreza. La corrupción también tiene mucho que ver: no podemos ser adaptables y resistentes contra el cambio climático si hay corrupción a la hora de construir nuestras infraestructuras, de llevar a cabo nuestras elecciones... La corrupción está en el centro de todo este meollo. Ahora, con las nuevas tecnologías, se pueden crear acciones de masa que no dependan del poder establecido.

P- ¿Crees que tu emotivo discurso del año pasado tuvo algún efecto?

R- Un discurso no cambia el mundo, pero en este caso coincidió que fue días después del tifón Haiyán. Y quizá cambiara las sensibilidades de algunas personas dentro de la ONU, que desde hace hace 20 años está estancada con el asunto del cambio climático. Me encantaría creer que ahora la gente ve el problema de otra forma, que ahora más gente entiende que todo lo que pasa en el mundo no es por causas naturales, sino porque nos hemos adueñado del planeta. Antes, no muchos veían que pudiera afectar a tanta gente.

P- Por último, ¿qué les dirías a los escépticos?

R- Hay dos tipos de escépticos: los que creen que el cambio climático solo es un problema medioambiental y los que lo niegan. A los primeros, les diría que el cambio climático está relacionado con el modelo de desarrollo que tenemos. Y para combatirlo, hay que cambiar de modelo. Algunos argüirán que es muy caro, pero hay muchos ejemplos de que no es así. Y cuanto más tardemos en transformar nuestras economías, más caro resultará. Respecto a los que lo niegan, no puedo debatir con ellos. Si van a rebatir hechos científicos, mejor que se olviden también de lo que aprendieron en la escuela: la forma de la Tierra, su distancia al Sol, la gravedad...

* Esta entrevista se publicó el pasado 11 de diciembre en El Periódico de Catalunya, al hilo de la cumbre del clima de la ONU (COP 20) en Lima.

** Sin ninguna explicación por parte de la administración filipina, Yeb Saño fue excluido del viaje a Lima. En las redes sociales, los ciudadanos clamaron contra el Gobierno y reclamaron la presencia de Saño en Perú bajo la etiqueta #YebInLima. El comisario filipino todavía desconoce el motivo de su exclusión.

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