martes, 24 de mayo de 2011

Una de niños soldado

Voy a incumplir la promesa que hice al final de esta entrada y voy a contar algo de Gulu, aunque no me haya enterado de nada.
La historia transcurre en el norte de Uganda, entre caminos de tierra rojiza, un cielo inabarcable, chozas de barro y mangos, pinos, palmeras, eucaliptus y otros árboles la hostia de grandes cuyo nombre desconozco. Sin embargo, en ningún momento me parece estar en el África profunda, ni me parece el colmo del exotismo, ni nada de nada (entre otras cosas porque, como decía Kapuscinski e insiste un amigo periodista bloguero, África no existe). Gulu es simplemente el lugar en el que nacieron personas que seguramente habrían preferido caer en otras latitudes. Aunque los paisajes quiten el aire.


Así que lo que escribiré a continuación es algo así como una crónica de un día que pasé entrevistando gente en Gulu y de lo poco que entendí. A diferencia de la vez que hablé de los piratas somalíes y de los homosexuales ugandeses (donde creo que llegué a comprender algo y a compartir las historias de manera medianamente coherente), esta vez será un relato de incomprensión. O quién sabe, quizá escribirlo me ayude a aclararme las ideas y a asentar algunos datos.
Gulu es una de las ciudades más importantes del norte de Uganda, que durante un par de décadas sufrió la violencia del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), que lidera Joseph Kony (por cierto, es como en catalán y se pronuncia algo así como "Koñ"). Es el señor de la foto:

Aquí dejo la mejor de las entrevistas que he encontrado en youtube (está en inglés):


En el vídeo, Kony acusa al presidente de Uganda, Yoweri Museveni, de los crímenes que se le atribuyen a él. Museveni no es ningún paradigma del buen gobierno, la libertad y los derechos humanos, que conste, pero Kony está echando balones fuera con esas declaraciones.
Normalmente se dice que Kony combate para instaurar un estado bajo los Diez Mandamientos, pero un antiguo combatiente del LRA y consejero de Kony, Kenneth Banya ("Baña"), me contó que la lucha empezó para proteger al pueblo acholi (poblador del norte) de las represalias del (entonces) nuevo presidente Museveni, poco amigo de los norteños. * Perdón por la versión resumida, pero es que esto promete ser largo.
Luego se supone que un espíritu que poseyó a una tía de Kony le transmitió la bizarra misión que -parecer ser- el Señor le tenía encomendada: lo del país bajo los Diez Mandamientos. O también podría ser que se le hubiera ido la olla, pusiera sus huevos sobre la mesa y consagrara su vida a ese fin. Con la broma, él y sus mariachis se han cepillado a miles de personas, forzado el desplazamiento de cientos de miles, violado, mutilado, secuestrado a al menos 30.000 niños y, en definitiva, puteado la vida de... un huevo de gente. Se supone que desde 2006 ya no actúan en Uganda y se mueven por los países de alrededor. Esa es la historia resumidísima del conflicto, y ahora me encuentro en un escenario de post-conflicto.
...
Son las ocho y media de la mañana del 19 de mayo. Chiba -el fotógrafo japonés con el que viajo- y yo visitamos el Centro Juvenil de Gulu, donde hace poco se ha empezado el Proyecto de Breakdance de Uganda, creado por un ugandés en la capital, Kampala, y que luego se ha extendido a esta ciudad. Tratan de que los chavales ganen confianza en sí mismos. Entre ellos hay tres antiguos niños soldado, pero nadie lo sabe y es imposible diferenciar a un chaval de otro. Todos son iguales en la pista. Integrarlos con naturalidad es otro de los objetivos.
Chiba se queda haciendo fotos allí y yo me voy a la ronda intensiva de entrevistas que me toca. Me acerco caminando a las oficinas de Gusco, una organización de acogida a niños secuestrados (ex niños soldado) y les digo que me interesaría conocer sus actividades. El señor que me atiende amablemente me dice: "Ahora no tenemos niños por aquí". "¡Ah! Es cierto, están de vacaciones" -respondo, recordando que una amiga en Kampala que tiene una ONG que trabaja con chavales me ha dicho que es periodo vacacional. "No" -replica- "Están en cautiverio. Les esperamos dentro de unas dos semanas" (sic). Me quedo con cara de dos-puntos-ese, así que prefiero no preguntar, opto por dar media vuelta y adiósbuenosdías.
Consigo contactar telefónicamente al fin con el obispo de Gulu, que responde al nombre de Reverendo Macleord Baker Ochola II. Me dice que está en la sede de la Iniciativa de Paz de los Líderes Religiosos Acholi. Voy para allá y me cuenta:
"Estamos trabajando para que las comunidades locales sepan diferenciar entre víctimas y verdugos. Los niños soldado fueron víctimas de las circunstancias, así que no tienen que ser rechazados". Como veremos más adelante, muchos son repudiados por sus propias familias.
El obispo me dice una cosa que yo creía clara: "Fuimos a Estados Unidos a hablar con el Gobierno sobre este conflicto y les preguntamos quiénes financiaban al LRA, porque nosotros sospechamos que era el Gobierno de Sudán". Esta es otra más de las medallas de Al-Bachir, el señor sudanés ese que está buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad y el mismo que escondió a Osama Bin Laden a mediados de los 90. El abuelo que todos querríamos tener.
El obispo me dice que están intentando ayudar también al sur de Sudán, a la República Democrática del Congo y a la República Centroafricana -pastos por los que se mueven ahora Kony y compañía- a solucionar el conflicto, pero que "el Gobierno (ugandés) no quiere resolverlo". Cada vez que ha habido acercamientos para conversaciones de paz entre la comunidad local y el LRA, el Ejército ha irrumpido intentando cepillarse a cuantos más rebeldes mejor. Ya se sabe que hacer paz con pistolas no suele funcionar.
Ochola II y un servidor nos intercambiamos nuestros teléfonos y correos electrónicos. El del obispo es de lo más cachondo:
Creo que esto sólo lo iguala Princess Halane, una supuesta miembro de la realeza kuwaití que se llama tal cual, -Princesa Halane- en facebook. Es que tenemos un amigo en común y el sistema me la ha sugerido alguna vez como amiga.
Gracias al obispo, consigo dar con Banya, el ya mencionado antiguo consejero de Kony. El Ejército ugandés le capturó en 2004 (creo recordar), él pidió una amnistía y se montó un proyecto -ya difunto: Labora Farm, una granja- de ayuda a la integración de antiguos niños soldado. Ahora está montando una constructura.
Durante la conversación, también está presente su sobrino Patrick, antiguo niño soldado que ahora está abriendo un negocio de préstamos a pequeños emprendedores. Estamos en un local destartalado: el de la foto.

Banya me cuenta que estuvo 18 años en el LRA contra su voluntad. Cree que el conflicto no se solucionará hasta que la gente conozca el problema y ayude. Y apunta que sabe a través de otras personas que Kony se está empezando a quedar calvo. Un poco de todo.

Me dice que tuvieron que crear "la granja más grande del mundo" en el monte cuando el Gobierno de Sudán dejó de financiar al LRA, en 1998, tras el acuerdo de Al-Bachir con el Ejecutivo ugandés por el cual cada uno dejaría de financiar a los rebeldes del otro. Quizá fue en ese momento cuando Banya aprendió a cultivar la tierra para llevar a cabo el proyecto de integración de niños soldados que puso en marcha tras ser liberado por el Ejército ugandés.

La conversación es rara y está llena de momentos sospechosos, de esos que, cuando lanzas una pregunta, los interlocutores se miran, esbozan media sonrisa y responden despacio, meditando cada palabra, con frases inconclusas e imprecisas. No termino de creerme sus respuestas.
Unos días más tarde, de vuelta en Nairobi, consulto The Worst Date Ever, de Jane Bussmann y encuentro que dice esto sobre Banya [el texto está escrito de manera muy coloquial y resulta complicado traducir algunas frases, así que dejo íntegro el original en inglés]:
"Father Benedict attacked a Fanta with a bottle opener. I ventured on to peace talks; after all, my ageing fancy man Banya had said people's belief in the spirits would always stall them.
'Banya says--' I said. Father Benedict almost dropped the Fanta.
'That is a lie! Banya is the biggest liar around. The Church tried to make peace talks again and again. We had three times peace talks, and it was going quite well.The army shot three times and killed our men almost three times'.
But... why would Banya lie? He was a captive too.
'Banya is taken around by the governmet and gets money to say how good they are and so on', said Father Joseph. Banya wasn't an ordinary abductee like the child soldiers group guys. Or even an ordinary commander. He was Kony's number Three, his military tactician, trained by the Russians. My head was reeling. That wasn't all: Banya didn't escape from Kony; he was captured. That meant if he had his way, he'd still be out there kidnapping.
[...]
Banya wasn't just following orders. This cuddly old granddad, according to a report commisioned by the United Nations, is 'a man with a record of rape a torture... said to be responsible for countless sadistic rapes of under-age female abductees in LRA captivity'.
'He is a real killer', said Father Benedict. 'The people are all afraid when they see a group that is coming with Banya, you could be sure it would be bloody. The goverment took him to an area near here to talk, and one teacher stood up and said, 'You shut up now, you are the killer, you killed our children. I know if I talk like that I may not survive, but I will not keep quiet'.
Thousands of miles from the yellow bricks of Metro Goldwyn-Mayer Studios, I'd stumbled on the Wizard of Oz. If Kony was the Wonderful Wizard, protected by witches like Banya, little Father Benedcit was Toto and I was a sugar-addled, shoe-worshipping Judy Garland as Dorothy. I'd fallen for Banya's lies, for a government pasty paid to find people like me, to spin the tales of snakes and leopards and spirit gods, so I'd go home and tell newspaper readers -including politicians reading the Sunday Times- about the impossible monster that was Kony, the enigma that no mere very well-equipped army could catch.
Then I remembered something else. Banya ran Labora Farm. A residential work scheme for former abductees. Let me get this straight: the problem here is kids being kidnapped. The solution is hiring a kidnapper as their babysitter. No wonder the kids at Labora Farm looked glum. And as for keeping quiet because Kony was listening to them via his spirits, Banya was right there next to them, listening to them via his ears. And here is the strangest thing. Before he worked for Kony, Banya worked for Yoweri Museveni. He was his bodyguard while President Museveni was at the Ministry of Defence. 'He's a very nice man', said Banya at the time of his capture".
Conclusión: en sus 18 años en el LRA, Banya fue un hijo de puta sádico y sanguinario y ahora es un mentiroso a sueldo del Gobierno. Fantástico.
Pero hay más. Como he dicho antes, Banya ya no trabaja en Labora Farm, la granja financiada por el estado que pretendía reintegrar a ex niños soldados en la comunidad local. El mismo que antes les secuestraba y les decía que mutilaran, luego les pedía que sembraran. El corresponsal en Kampala del medio para el que trabajo me dijo que hace tiempo se sospechaba que Banya estuviera explotando a los niños de la granja en su propio beneficio. Una sencilla búsqueda en Google arroja varios resultados que presentan las mismas sospechas.
He leído sobre los supuestos poderes sobrenaturales de Kony (de los que habla él mismo en el vídeo de antes), así que le pregunto a Banya sobre esto. "¡Es cierto! Está en contacto con un espíritu que es capaz de predecir el futuro hasta con tres meses de adelanto". Juro que lo decía sin reírse.
Nos despedimos e intercambiamos teléfonos y demás. Soy tan gañán que los debí de perder, porque ahora no los encuentro. En fin. De ese local en el centro de la ciudad me voy en boda-boda (mototaxi) a un congreso del Arzobispado de Gulu, con motivo del centenario de la creación de la diócesis. Mi objetivo no es otro que hablar con el arzobispo Odama [hedmano de Badack... perdónperdónperdón, si no lo digo reviento], quien se ha entrevistado hasta en cinco ocasiones con Kony.
"Este conflicto daña cerebros, almas y relaciones. Tenemos que trabajar por la cordura", dice el arzobispo.
En julio de 2006 estuvo reunido con Kony: "No noté nada sobrenatural, sólo es un ser humano. Nos recibió bien, nos dio de comer... Estuvimos hablando sobre Derechos Humanos". Odama dice que las cifras que se manejaban en 2004 eran de al menos 30.000 niños secuestrados. "No sé de dónde le vendría esa idea de secuestrar niños". Lo que sí sabe -tampoco hace falta ser un lumbreras- es que los niños son más fácilmente manipulables y eso le viene bien al LRA.
- Arzobispo, pero Kony se supone que también es creyente y que quiere un estado bajo los diez blablablá... ¿qué opina sobre eso? ¿cree que es un hombre de dios?
- ¿Sabes? Esa pregunta me la ha hecho mucha gente, corresponsales de la BBC y de la CNN... [¡Tooooma, toma y tomaa! ¡así que he hecho al menos una pregunta como un periodista de un medio de verdad!] ... y no sé responderla. Ya sabes que en estos tiempos hay mucha gente que se inventa religiones.
¿Y cómo se soluciona el conflicto? "Donde hay voluntad, hay un modo. Kony tiene algunos confidentes... hay que conseguir iniciar nuevas conversaciones de paz a través de sus leales".
Nos despedimos y se adentra en un edificio del que emana un inquietante cántico colectivo.
William (el mototaxista del Barça que me lleva de un lugar a otro) y yo salimos rumbo a la Escuela de Santa Mónica y durante el trayecto vemos a una niña camina con el bolso encima de la cabeza. Me llama la atención este gesto de extraña coquetería. Normalmente, portan sobre la cabeza bidones de agua (que aquí extraen de pozos de bombeo manual) o mercancías varias. El bolso me ha hecho gracia.
La hermana Rosemary me recibe en los jardines de Santa Mónica. Es una suerte de Sister Act, muy extrovertida y de esas personas que despiden buen rollo.
Antes de sentarnos a hablar, me da una vuelta por el patio. "... y esta gente son personas sin recursos a los que pusimos a llenar botellas con tierra. Así reciclamos y creamos ladrillos resistentes con los que se puede construir. Y ellos pueden ganar algo de dinero. Esta casa de aquí es la primera que hemos hecho con botellas".

Apuro de un trago la mía y les dejo en un montón un ladrillo más.

Me acuerdo de preguntarle a la hermana Rosemary por lo de los niños en cautiverio que me dijo el tipo de Gusco por la mañana y me dice que no tiene ni idea de a qué se refiere. Sobre todo el asunto del LRA dice que "no se puede apagar el fuego con fuego" y que lo de los poderes sobrenaturales de Kony son tonterías: "Una vez le dijo a una de sus mujeres -que después estuvo aquí con nosotros- que dios le había dicho que en breve se quedaría embarazada. Ya ves tú qué pronóstico tan complicado. Juega con la ignorancia de la gente".

Me lleva junto a dos chicas que hacen pulseras con cuentas sentadas en el jardín, a la sombra de un mango. Una de ellas, Nancy Layet, tiene 30 años, doce de los cuales los pasó como esclava sexual y niña soldado para el LRA. Tiene tres hijos suyos, más dos más a su cargo, desde que falleció su hermana. Rosemary hace de intérprete inglés-acholi. Hago unas cuantas preguntas de calentamiento y me lanzo de la manera más delicada posible sobre su experiencia con los rebeldes. "No quiero pensar en eso. No quiero venganza porque lo pasé muy mal y no quiero que nadie más pase por eso". Nancy está en Santa Mónica porque nadie de su comunidad quiere tener a una ex del LRA cerca.

La otra se llama Akongo Night. "¿Okono?" -pregunto, mientras intento escribir su nombre. Rosemary y las chicas rompen a reír. Okono -me explica la monja entre carcajadas- quiere decir "calabaza" en acholi. Bueno, pues mi amiga Calabaza pasó tres años secuestrada y hace no mucho contrajo el sida. El marido anterior al que le pegó el sida la echó de casa (junto a su primer hijo) al enterarse que había pertenecido al LRA. "¡Me acabarás matando!", le dijo.

El macramé hace que Nancy y Akongo ganen más dinero del que nunca habrían imaginado y les hace sentirse útiles. Y al menos tienen un lugar en donde estar.
Antes de despedirme, la hermana Rosemary me dice que ha habido otro periodista español que acudió a entrevistarla hace tiempo: "Hérnan Sin", precisa. Omaigad. A ver qué ha contado de esta historia Troy McClure Hernán Zin... Esto, esto, esto, esto y más que no vienen al caso [*quien consiga leer los comentarios a sus entradas sin descojonarse queda invitado a un yogur de fresa. Danone].
Vuelvo, cansado a más no poder, al Acholi Inn. El hotel tiene una biblia en la habitación. Decidí alojarme aquí porque me lo recomendó una amiga, pero sobre todo porque fue donde se quedó Jane Bussmann durante su estancia en Gulu. Y quería ver qué sacaba de todo esto. Ella descubre que el hotel es propiedad del comandante encargado de dar caza a Kony, quien no parece tener demasiada prisa en apresar al susodicho, puesto que está haciendo buen negocio con los oenegeros y periodistas que llenan las habitaciones. Yo sólo he llegado a preguntarme ¿ein? cuando el obispo de Gulu (arrobagemeilpuntocóm) me ha dicho que pidiera aquí indicaciones para dar con Banya y Sam Kolo, antiguos combatienes del LRA.
Me voy de Gulu con un lío impresionante en la cabeza y con la sensación de haber visto muy poco. No he visto niños en centros de acogida, no he visto los refugios en los que se escondían los niños por las noches para evitar los secuestros o las zonas protegidas. No he visto gente con los labios, la nariz o las orejas mutiladas. Pero he visto otras cosas que también me han resultado interesantes. Un buen primer contacto con Gulu, aunque dos días son demasiado poco tiempo como para empezar siquiera a asimilar todos los frentes de la historia del LRA.
Al día siguiente, vuelvo hacia Kampala como vine: en autobús. La gente intenta vendernos hasta gallinas por la ventanilla. Yo prefiero quedarme con un paisaje exquisito.
El Nilo blanco y las cataratas de Karuma.

8 comentarios:

dudo dijo...

Un grandísimo artículo, Javi.

mi sombra dijo...

una gozada cuñao

Tricio dijo...

Hay tantas cosas que no comprendemos ni comprenderemos...

sanbru dijo...

muy interesante compadre, pero como tantas cosas, se nos escapa de las manos.
Ademas, como tu dices, Africa no existe, no interesan estas historias a la gente. Son reales, y se sabe que existen, pero se vive mas tranquilo leyendo el cuore o el marca en su defecto...

Gracias por acercarlas...

pd: 8 meses en africa y no sabes que "okono" es calabaza... defraudado me has.

Laura dijo...

Impresionante, Javi.
Enhorabuena.
Tú dirás que no has comprendido la cosa, pero a nosotroas alguna que otra cosa nos has hecho entender.
¡Queremos más!

Javier Triana dijo...

me alegro de que os haya gustado. La verdad es que, aunque fue un día agotador, me lo pasé pipa :)

Marta dijo...

Muchas gracias, Javi. Un placer aprender tanto con tu blog.

Hace unos años, Javier Bardem y Medicos Sin Fronteras produjeron el documental "Invisibles" que se llevó el goya. Aparecen cinco historias realizadas por directores españoles, la que hizo Fernando León iba de los refugios donde se iban a dormir los niños ugandeses para que, literalmente, no los raptaran por la noche. Si tienes la oportunidad de verlo, a mi me pareció impresionante la historia...

Esta noche vuelo a Madrid, nos vemos pronto!

sanbru dijo...

y yo tengo el docu triana, asi que si lo quieres...