"Verás, Míster Javi" - me dijo Yohannes. "Llegar al restaurante de las Cuatro Hermanas es muy sencillo. No está lejos. Gira a la derecha allí, en el edificio italiano, y sube las escaleras".
Sucedió en Gondar, en el noroeste de Etiopía. Y el edificio del que hablaba Yohannes -más bien, los edificios- era este:
Es 1936 y la Italia de Mussolini acaba de invadir Etiopía...
En el recuerdo quedaba la derrota que infligieron los etíopes a los italianos en la batalla de Adwa, un hecho que el orgullo fascista a duras penas conseguía digerir. Así que Italia volvió a la carga cuarenta años después, en 1936. En esta ocasión, Mussolini consiguió sumar Etiopía a las ya existentes colonias de la Somalilandia italiana y Eritrea, en lo que dieron en llamar África Oriental Italiana. La ocupación italiana -como lo llaman los etíopes, orgullosos de no haber sido colonizados nunca- duró hasta 1941, cuando las fuerzas aliadas liberaron, con inestimable ayuda de la resistencia etíope, el país. Pero estos poco más de cinco años dejaron en Etiopía una huella enorme.
Como es lógico, no encontré un sólo etíope que hablara bien de aquel periodo -en el que la Italia fascista llevó a cabo las lindezas típicas de los colonialismos-, pero sí me topé con muchos que desconocían la tremenda herencia que les quedó de entonces.
De aquella época quedan los difíciles trazados de las carreteras en las montañas del centro y el norte del país, o el diseño del Adis Abeba, con grandes avenidas y la denomicación de la zona centro (Piazza y Mercato).
Quedan edificios como los de Gondar...
Construcciones casi calcadas a las de los municipios mandados levantar por il Duce de forma exprés al sur de Roma, en la comarca de Latina. Hace unos años visité Sabaudia, por ejemplo. Creo que tardaron menos de trescientos días en construirla. Recupero una foto de aquel viaje.
La arquitectura de la época y la zona, vamos. Sólo que no pega encontrársela en Etiopía. Como tampoco los sampietrini...
Nadie me ha podido confirmar que el tipo de enchufe que se usa en Etiopía, de dos agujeros redondos, sea asimismo herencia italiana, pero me la jugaría a que sí...
También las distintas formas de preparar el café -aunque dicen que el país ya tenía el suyo propio- maman de la época de la ocupación, por lo que, a diferencia de otros países de África oriental, no es complicado encontrar un macchiato o un cappuccino en cualquier bar.
Y lo que más me sorprendió: el vocabulario. En ahmárico, como en italiano, macchina es un coche, benzina es gasolina, gomma es neumático, gesso es yeso, ciao es adiós, gazzetta es periódico, mutande es ropa interior, marmellata es mermelada, birra es cerveza, autobus es... eso mismo, se usa guant por el italiano guante...
Y otras tantas palabras y hechos que se me escaparían y que, seguro, están tomados del idioma y la cultura deDante Berlusconi Raffaella Carrà.
Sucedió en Gondar, en el noroeste de Etiopía. Y el edificio del que hablaba Yohannes -más bien, los edificios- era este:
Arquitectura art decó en primer plano, con un edificio de estructura típicamente fascista asomando al fondo |
Es 1936 y la Italia de Mussolini acaba de invadir Etiopía...
En el recuerdo quedaba la derrota que infligieron los etíopes a los italianos en la batalla de Adwa, un hecho que el orgullo fascista a duras penas conseguía digerir. Así que Italia volvió a la carga cuarenta años después, en 1936. En esta ocasión, Mussolini consiguió sumar Etiopía a las ya existentes colonias de la Somalilandia italiana y Eritrea, en lo que dieron en llamar África Oriental Italiana. La ocupación italiana -como lo llaman los etíopes, orgullosos de no haber sido colonizados nunca- duró hasta 1941, cuando las fuerzas aliadas liberaron, con inestimable ayuda de la resistencia etíope, el país. Pero estos poco más de cinco años dejaron en Etiopía una huella enorme.
Como es lógico, no encontré un sólo etíope que hablara bien de aquel periodo -en el que la Italia fascista llevó a cabo las lindezas típicas de los colonialismos-, pero sí me topé con muchos que desconocían la tremenda herencia que les quedó de entonces.
De aquella época quedan los difíciles trazados de las carreteras en las montañas del centro y el norte del país, o el diseño del Adis Abeba, con grandes avenidas y la denomicación de la zona centro (Piazza y Mercato).
Quedan edificios como los de Gondar...
Construcciones casi calcadas a las de los municipios mandados levantar por il Duce de forma exprés al sur de Roma, en la comarca de Latina. Hace unos años visité Sabaudia, por ejemplo. Creo que tardaron menos de trescientos días en construirla. Recupero una foto de aquel viaje.
La arquitectura de la época y la zona, vamos. Sólo que no pega encontrársela en Etiopía. Como tampoco los sampietrini...
¿Roma? No, Gondar... |
Nadie me ha podido confirmar que el tipo de enchufe que se usa en Etiopía, de dos agujeros redondos, sea asimismo herencia italiana, pero me la jugaría a que sí...
También las distintas formas de preparar el café -aunque dicen que el país ya tenía el suyo propio- maman de la época de la ocupación, por lo que, a diferencia de otros países de África oriental, no es complicado encontrar un macchiato o un cappuccino en cualquier bar.
Y lo que más me sorprendió: el vocabulario. En ahmárico, como en italiano, macchina es un coche, benzina es gasolina, gomma es neumático, gesso es yeso, ciao es adiós, gazzetta es periódico, mutande es ropa interior, marmellata es mermelada, birra es cerveza, autobus es... eso mismo, se usa guant por el italiano guante...
Y otras tantas palabras y hechos que se me escaparían y que, seguro, están tomados del idioma y la cultura de
1 comentario:
¡Qué flipe! Aquí en Trípoli pasa lo mismo, al lado de mi casa hay un pedazo de edificio que es IGUAL que el edificio etíope que fotografias (el art deco no, el otro).
Lo que me sorprende más es lo del idioma, si solo estuvieron cinco años; aquí pasa igual (marciapiede, semaforo, gomma, marcia), pero estuvieron varias décadas...
Será por lo bonito que es el idioma, vete tú a saber!
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