lunes, 19 de noviembre de 2012

Lo clásico

- Vaya, tenéis un aeropuerto muy nuevo...
- ¡Qué va! ¡Es viejo!
- ¿Ah, sí? -pregunto, sorprendido, mientras miro de nuevo el moderno edificio- ¿Cuándo lo construyeron?
- En 2003. Así que tiene casi... ¡diez años!

Hablé una vez de la elasticidad del tiempo y de la distinta concepción que por esta zona se tiene. Es un tema manido a más no poder, pero hay otro relacionado, quizá menos recurrente y que me resulta chocante: lo clásico y lo antiguo. Así pues, esa conversación con un taxista de Eldoret no debería resultar sorprendente.

De hecho, son muchos los taxis que, en Kenia, llevan sintonizada la popular emisora Classic 105, cuyo nombre sí da lugar a equívoco. No es que uno espere piezas de Beethoven, Bach o Mozart en la radio, pero sí se podrían esperar clásicos, yo qué sé, de Elvis, Bob Dylan o The Beatles. Sin embargo, los temas de la 105 van más bien por estos derroteros...






Si diez años es antiguo... ¿dónde quedan, entonces, los noventa y los ochenta?

La puntilla me la regaló mi total ingenuidad en el videoclub pirata que hay en el centro comercial de al lado de mi casa. Harto de que los cines locales pasen poco más que películas de superhéroes, éxitos de Bollywood o cintas ñoñas, probé suerte hace unos meses, a ver si tenían algo en blanco y negro [sí, qué pasa, todos tenemos nuestros momentos culturetas]. El tipo del videoclub, un negro barrigón muy simpático que siempre recuerda mi número de socio -porque no me lo aprendo ni a la de mil-, me pasó, de debajo del mostrador, un archivador verde que contenía la lista de "Películas Clásicas". La sorpresa llegó al abrirlo y observar que los filmes disponibles no eran Cantando bajo la lluvia, El Tercer Hombre o La dolce vita, sino más bien Solo en casa y Los cazafantasmas.

Estamos hablando de un país nuevo, que obtuvo la independencia a finales de 1963, con una esperanza de vida en 2010 era de 55 años (ahora ha mejorado a 64), con una capital que se fundó hace poco más de un siglo y en la que los edificios coloniales (los más antiguos) se cuentan con los dedos de una mano y lo nuevo se levanta a ritmo frenético. Edificios del siglo XVI, como el Fuerte Jesús, en Mombasa, o anteriores, del XIII, como las ruinas suajili de Gede (también en la costa keniana), son casi dinosaurios de la historia de este país.

Lo único clásico -en el concepto occidental del término- con lo que me he topado últimamente ha sido con una traducción de la Iliada, de Homero. Al sudafricano. Porque, muchas veces, las traducciones no tienen tanto que ver con el idioma, sino con los conceptos.

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