
Han pasado tres años exactos desde la firma el acuerdo de paz que finiquitó la violencia postelectoral que se cobró unas 1.300 vidas y desplazó a unas 300.000 personas en Kenia de finales de 2007 y principios de 2008.
Me he ido a Kibera, a la barriada chabolista donde dicen que murió la primera víctima de estos disturbios, a ver cómo había cambiado la vida (o no) de los afectados después de este tiempo.
He aquí el resultado*. [Mis editores han puesto "keniata" en el titular. Con dos cojones]
* Los testimonios en vivo, claro está, impresionan más. Me quedo con uno de pillo de Oscar Kimani: "En la esquina de la calle, la Policía estaba intentando contener las revueltas y sabía que no me dejarían pasar. Pero tenía que pasar por allí para coger un taxi y sacar a mi familia de la casa. Me cambié de ropa y me puse traje y corbata y, cuando los guardias me preguntaron, les conté eso, que iba a por un taxi para huir con mi familia. Me dejaron pasar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario