miércoles, 6 de octubre de 2010

Moses, Laura y la ética periodística

No imaginaba que me fuera a pasar tan pronto. El otro día elogié la entrada de Laura Casielles en su blog en la que se debatía en una multidud de opciones a la hora de redactar una crónica. Le comenté que me habían gustado sus reflexiones, y que casi me gustó aún más el resultado final. Ella me respondió que algún día seguro que me tocaba alguna de esas deliberaciones por estos lares. Y ese día fue ayer.


El señor de la foto se llama Moses Okoth y tiene un dispensario ecográfico. Trabaja como voluntario en un barrio chabolista llamado Korogocho, que significa "basura" en kikuyu, la lengua de la etnia mayoritaria de Kenia. "Yo sólo trabajo aquí unas horas al día; no me quiero imaginar la gente que viva en la zona", me comenta sobre la denominación del suburbio. El nombre del lugar lo dice todo.

Así que ahí estábamos, a las afueras de una barriada de las peores de la ciudad, en la clínica-ONG de un tipo que no cobra un duro por realizar ecografías a precios ridículos a embarazadas sin recursos. Moses perdió un hijo por un mal diagnótico prenatal y ahora trata de que nadie más pase por ese trago.

Las alternativas fáciles para hacer el tema, y más teniendo declaraciones jugosas, eran enfocarlo en plan sensacionalista-lagrimero o centrarlo en lo cándidos que son estos negritos subdesarrollados que se quedan a rayas cuando saben el sexo del bebé antes de que nazca, como si fuera un milagro, en plan 'Los dioses deben estar locos'. Sin embargo, creo que la historia merecía algo más.

Gracias, Laura.

3 comentarios:

Laura dijo...

:)
Gracias a ti por la emocionante referencia. Qué bien saber que hay alguien pensando en las mismas cosas. Así se camina más acompañada.
Un abrazo, y... felicidades, preciosa crónica!

mi sombra dijo...

articulos tuyos en el ABC... Si, los dioses deben estar locos...

un abrazo

África Digna dijo...

Muchas gracias Javi por hacerte eco del dispensario ecográfico.

Creo que los periodistas debéis recuperar ese espacio perdido de la interpretación de la realidad que no se ciñe exclusivamente a la "actualidad".

La fortuna de vivir en África es que la realidad se te hace presente en cada esquina.

Un fuerte abrazo y estamos a tu disposición,

Luis Miret
África Digna